La parada de verano

Hay un lugar en la ciudad, un pequeño rincón ya casi olvidado, el que durante estos últimos años he cruzado cientos de veces sin prestarle ya la atención que merece. Ha sido el rincón de las esperas y de la desesperación, el preludio de cada verano, la antesala a una ducha fría y a un buen baño en la piscina, lugar de encuentro de socios, de personas y de descubrimiento de amigos de la infancia, de prisas desesperadas y de pérdidas, pero sobre todo lugar de risas y aventuras.

Es la parada de verano que ya no existe, que se quedó en un tiempo lejano, en la que cogíamos cada tarde, después de ver el episodio de turno de «Falcon Crest» o «El coche fantástico», el primer autobús camino a Los Alcores, aquellos viejos autobuses sin aire acondicionado, incómodos, que andaban a rastras, con asientos incómodos, con su «perrera» como llamábamos a la parte de atrás del bus en semicírculo donde había que ir de pie y donde cabía mucha gente, en la que el único apoyo era una barandilla y los contínuos zarandeos eran motivo de risas y mofas, nuestra querida «perrera», esa que siempre odíabamos pero de la que en realidad disfrutábamos, sólo era cuestión de llegar a tiempo para no quedar relegado a ella.

Podcast El Ladrido de Yoko – Episodio 10: La parada de verano

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@ fotografías por cedequack

Ahora sería cuanto menos un atentado contra la vida, la comodidad y la seguridad llegaron para instalarse en nuestras vidas veraniegas y los asientos se volvieron mulliditos y confortables, se minimizó el ruido de los motores y el efecto taladradora de los asientos desapareció. Un buen día con el cambio de autobuses y normas, descubrimos que la perrera había sido sustituída por cinco asientos traseros donde hacer el cabra. Sí, seguía siendo como nuestra perrera, con menos gente, con menos encanto, pero al fin y al cabo el lugar donde hacer travesuras y sacarse unas risas.

Carnet en mano y ticket de un color diferente cada temporada, numerado, esperábamos el momento en esa parada. Parada que un buen día de sábado se convirtió en campamento improvisado durante un par de horas, cuando nos confundimos de horario en la mañana por eso de ser fin de semana y esperando y desesperando supimos que algo no iba bien y nos habíamos equivocado. Pero nuestras mochilas estaban bien cargadas de provisiones, así que ni cortos ni perezosos, mientras el resto del mundo iba de un lado a otro con prisas y trajes, tiramos las toallas entre el suelo y el cesped, nos quedamos en bñador y comenzamos a jugar a las cartas, a nuestro recién descubierta pasión por el «chichón», «el burro», «el cinquillo», «el mentiroso» o «el hijo puta» a la vez que dábamos buena cuenta de risketos, palomitas y gusanitos.

Ahora me pregunto cómo verían los demás, transeúntes que iban a sus trabajos o que pasaban por allí, aquella pequeña acampada. Un pequeño oasis, una solución rápida para hacer desaparecer los problemas, o más bien para convertirlos en algo diferente, en un rato de diversión, en un remedio contra la espera.

Sí, ahí está esa parada de verano, la que cada vez que miraba me provocaba una sonrisa por los momentos vividos. Un pequeño rincón desapercibido en la gran ciudad, pero tan grande como un corazón. De pequeños espacios en los que dejamos sentimientos se forjan los recuerdos.

¿Quién dijo que la Tardis era propiedad del Doctor Who?

Hay dos series míticas que, debido a que comenzaron cuando aún quedaban bastantes décadas para que yo naciera y cuando ya había nacido continuaban en emisión, pero era demasiado pequeño y no me enteraba ni de la mitad, he ido buscando a lo largo de estos tres últimos años. Una de ellas ya está completa, a falta de la última película que saldrá (de momento), se trata de Star Trek, desde las Series Originales, pasando por la serie animada, hasta los cientos de episodios de sus secuelas y las peliculas. La otra aún está en proceso, y es que es mucho más extensa y complicada, se trata ni más ni menos que del Doctor Who. Soy un aficionado a la ciencia ficción, qué se le va a hacer.

Desde el año 1963 hasta la actualidad, con muy pocas interrupciones, decenas de temporadas, cortas pero precisamente por ello, muy complicadas de conseguir. La extensa colección de capítulos va en aumento y hace algunas semanas que comencé a ver los primeros episodios de esta serie interminable. Aunque aprecio el excelente trabajo de las series actuales que se marcan un principio y un final, hayq ue reconocer que a la ciencia ficción no se le pueden poner límites y que siempre se puede escribir algo nuevo.

Pues como premio a esta constancia por intentar conseguir  50 años de serie (se dice pronto eh), aquí está la recompensa. Llegó de la mano de una chica de correos, que me trajo una caja con un sello gigante en libras. Me la quedé mirando, como preguntando qué era aquello y me hizo bastante ilusión. Y es que, ¿quién dijo que era propiedad del Doctor Who? Una maqueta de hierro fundido emulando a la cabina telefónica más famosa del mundo, la Tardis. No hace ruido, ni se le abren las puertas ni nada extraño, no es un juguete, es un adorno que espero que dentro de algunos meses o pocos años ocupe un lugar junto a la extensa colección que sigue abriéndose paso en la estantería.

El gato azul : Nacimiento

El Gato Azul: Nacimiento – por José Francisco Cedenilla

Margaret fue corriendo hacia la cocina, había perdido ya la cuenta. ¿Eran horas o quizá días? Aunque ahora que se daba cuenta, en realidad había pasado todo este tiempo corriendo de un lado a otro de la casa intentando encontrar una salida. Pero ahora sólo tenía una cosa en mente, debía beber, beber mucha agua, se lo pedía su cuerpo, se lo pedían sus cuerpos. Como pudo, se hizo con el control de la puerta de la cocina, a la que le faltaban tirador y bisagra, el tirador había sido sustituído por un cómodo agujero del tamaño de una moneda y la puerta siempre se quedaba entornada sin llegar a cerrarse del todo, lo cual era una suerte.

La suciedad comenzaba a campar a sus anchas. Huellas de pisadas resecas sobre agua evaporada y cristales rotos, las ultimas pastillas que habían rodado por el suelo junto con la caja y el prospecto pegado al pavimento. Sorteó con un gran salto aquel desastre ante el cual nada podía hacer y empezó a beber pequeños sorbos de lo que quedaba, en aquella casa, cada vez más vacía de todo. El líquido le dio nuevas fuerzas para hacer el camino de vuelta y también le quitó ese mal sabor de boca. Recorrió una vez más toda la planta baja de la casa en busca de una salida, una puerta, una ventana, un resquicio por el que escapar, sin éxito. Durante las siguientes seis horas lo intentaría una y otra vez y tras cada intento se quedaba quieta, mirando las escaleras de madera que se dirigían hacia el segundo piso, desde el que sonaba un extraño tintineo. «Si tan sólo pudiera hacer ese esfuerzo» se preguntaba. Pero en su estado, la longitud de cada peldaño era totalmente incompatible con el esfuerzo que requería subirlos, una caída y todo habría sido en vano. «Aunque quizá allá arriba esté la salida» pensó.

Muy poco a poco y apoyándose contra la barandilla, intentó subir los primeros escalones. Cerró los ojos y aguantó el dolor. Sintió un calor asfixiante pero siguió adelante, tenía un objetivo, tenía que salvar su vida, sus vidas, a cualquier precio. El calor se convirtió en un terrible frío repentino que le paralizó todo el cuerpo y mientras caía hacia atrás, rodando por las escaleras, sintió que algo se había desprendido en su interior y de repente supo que lo último que había decidido en su vida, había sido la elección correcta. Sacó fuerzas para completar su misión en esta vida y lanzó un último grito desgarrador. Murió a las 19:38 de un 9 de diciembre, una hora que, trágicamente, nadie registraría en ninguna parte, al fin y al cabo había sido una muerte natural, tranquila y silenciosa. Aunque qué importaba la hora, el reloj que la marcaba y que estaba a pocos metros de allí, llevaba con las agujas paradas en ella hacía más de dos días, un bonito reloj de pulsera bañado en una plata que no había perdido su brillo en cincuenta años y que llevaba grabadas unas iniciales, «T y O» y una frase en latín «Eram quod es, eris quod sum».

En aquella casa, la muerte había significado el límite de las cosas. Con un pequeño gruñido, la puerta de la cocina volvió a entornarse y todo se sumergió en el más absoluto silencio, tan sólo empañado por el breve tintineo que venía de la parte de arriba, cuando la ligera brisa de aquella tarde entraba por la ventana abierta y golpeaba los bonitos adornos de la lámpara de una habitación ya olvidada.

El personal de policía y sanitario llegaron poco tiempo después rompiendo la calma, alertados por la llamada de una vecina que «oyó algo». En un primer instante nadie reparó en las escaleras, que estaban enfrente de la entrada a pocos metros, sólo un estudiante que ese año comenzaba las prácticas. Mientras Noel se acercaba atónito hacia aquel punto, los demás descubrieron el cuerpo de la anciana en la sala de estar. Su cuerpo yacía en el suelo cerca de una banqueta, la falda un poco levantada y un paño en la pierna izquierda. Una brecha en la cabeza y un reguero de sangre ya seca, a consecuencia de una caída mientras limpiaba viejos recuerdos y fotografías. Mientras el personal sanitario certificaba la muerte y se ponían en contacto con un forense, la policía logró identificar a la víctima. Olivia Deseps se llamaba.

Noel sintió lástima. Varios cuerpos yacían al límite de las escaleras. Ella tenía la lengua con algún rastro de sangre, ojos apagados pero rostro sereno. Los recién nacidos no habían sobrevivido. La cogió suavemente de las patitas y al cambiar de ángulo lo vio. Eran diminutas pisadas, demasiadas juntas, y dos hilos de mezcla entre fluídos y sangre que se alejaban de allí en dirección a una puerta entreabierta. Rápidamente se incorporó y no tardó en entrar en la cocina. Pudo ver el desastre, pero también vio lo contrario y esbozó una tierna sonrisa.

Era pequeño, muy pequeño. ¿Cómo había conseguido llegar allí? Entre los restos resecos de pisadas sucias había un pequeño cacharro de color blanco, adornado con un par de pegatinas de florecitas y un nombre, «Margaret» cada letra de un color. Dentro de ese bebedero estaba él, acurrucado y sereno, durmiendo plácidamente sobre el charco de agua que quedaba. Noel se sentó y acercó lentamente la mano hacia el sensible cuerpo que respiraba agitadamente. Con un dedo acarició con cuidado la pequeña cabecita. Al menos en aquella casa algo había quedado con vida.

Cogió el cacharro cuidadosamente con él dentro y salió por la puerta, depositándolo en el primer peldaño de las escaleras sin apartarse de él, mientras un compañero le daba una bolsa con las pertenencias de la víctima entre las que destacaba un bonito reloj de plata grabado con una frase que pronunció en voz alta sin saber su significado.

Buscó el cuarto de baño y cogió una toalla para envolver al pequeño superviviente antes de salir a la calle. Abandonaron la casa ante la atenta mirada de numerosos vecinos, de aquellos que se lamentaban por la muerte y de los que observaban esa nueva vida entre las manos de Noel. A veces hay tan poco tiempo para observar una vida y sorprenderse por el milagro y sin embargo toda una vida para observar tantas vidas que se cruzan.

Cuando Noel entregó al gatito al veterinario se aseguró de que lo dejaba en buenas manos y de que se llevaba buenas noticias antes de partir, pero decidió acercarse una última vez para acariciar de nuevo con su dedo la pequeña cabecita, le hubiera gustado ver los pequeños ojillos recién abiertos, aunque ahora apenas pudiera ver manchas difusas. Antes de salir por la puerta miró de reojo una vez más y con la luz que dejó entrar y que impactaba en su carita, comenzó a desplegar los párpados. Tenía unos ojos preciosos que no olvidaría, pero era hora de marchar y dejar que todo siguiera su curso. Mientras subía a la ambulancia y se alejaba de allí, se llevó consigo la última imagen, la del sol del atardecer grabando a fuego los primeros instantes de una nueva vida.

El pequeño murió dos horas más tarde.

Agujetas (de todos los colores)

Mira que hizo daño aquella serie o telenovela o lo que fuera que fuese llamada «Agujetas de color de rosa». Nunca la vi, pero cada vez que pronuncio o leo la palabra «agujeta», me viene a la cabeza malo malo. Aprovechando las vacaciones para cortarme el pelo, para respirar tranquilidad y también para hacer todo lo que no puedo por falta de tiempo, como salir a comprar por la mañana, tomar el sol, comenzar la tabla deportiva de verano y una buena ducha (esto último que no se malinterprete, no es algo excepcional de las vacaciones xD).

Ya no recordaba el dolor de las agujetas y el cansancio de los ejercicios intensos, son algo así como 35 minutos entre calentamiento, rutinas y bici, pero las pesas y los ejercicios de piernas me dejan con ese dolorcillo intenso al hacer ciertos movimientos que, por que negarlo, aunque te dejan muerto, también causan un gran placer, como si fuese un masaje. Del cansancio viene el sueño y dormir, lo que se dice dormir, es tumbarme y caigo rendido.

Con tan sólo tres días los efectos ya se notan, en parte porque tres años previos de gimnasio, aunque cuesta retomar cada cierto tiempo, el cuerpo está ya acostumbrado en cierta forma. Los brazos, las piernas, la espalda y el torso vuelven a coger la musculatura, aunque los abdominales se resisten a marcarse, estos cuesta más trabajo, malditos. Y no hay nada como mezclarlo con relajación y baile, estos días he estado practicando ritmos de hip-hop (son geniales y se gana en elasticidad corporal y perfección en el movimiento del cuerpo) y latinos que cansan lo suyo.

Lo mejor de todo es cómo te sientes al final tras haber sudado y ejercitado, tras una buena ducha, vestidito, gomina al pelo y esta nueva imagen que me he dejado de «cabronazo» (un saludito para mi amiga Sandra que le encanta mi estilo «cabronazo») con barba de tres días, reconfortado, más ágil y liviano, con ganas de comerte el mundo, que eso siempre está bien.

Nuestros años pitufos

Comienzan sus vacaciones de verano bien contentos, tras una fiesta de viernes tarde y noche, de esas cuyo sonido se cuela por la ventana a altas horas, con las notas cada vez más cerca, la cartulina plegable donde pone P.A., Bien, Notable o Sobresaliente con buena caligrafía sobre los puntitos diseñados para ello. Cada final de curso de los pequeños, me trae recuerdos lejanos y uno de ellos más fuerte que los demás, quizá por la intensidad con que lo viví, la tómbola fin de curso del colegio.

José María y Rubén acaban las clases y hoy, echando un vistazo a las fotos de la cámara me di cuenta que no publiqué estas, en las que se aferran a un Papá Pitufo. Los pitufos, esos seres azules atemporales que nosotros disfrutábamos cada sábado por la tarde después de comer y que ahora disfrutan en canales de cable o la televisión digital, tras haber pasado ya más de un cuarto de siglo. No sé si la aparición de Gargamel sigue dando miedo o ya dan por hecho que los pitufos van a salir de esa, o si la aparición de Papá Pitufo impone respeto, si la actitud de Tontín provoca risas o realmente creen que es tonto, o si donde antes Pitufina era la dama siempre en apuros, ahora no pensarán que con quién será el siguiente pitufo con que se líe.

Absolutamente todo ha evolucionado, para ellos y para nosotros, disponemos de más información y nadie me quitará de la cabeza que los niños cada vez son más listos a edades más tempranas. No menosprecio para nada la inocencia de nuestros años pitufos, fue la que tuvo que ser, currándonos todo con menos medios, como también tuvieron que hacer nuestros padres, juguetes hechos con cartón, trabajos a máquina con su cinta de tinta negra y roja (y la blanca para borrar con la combinación exacta de teclas), soñar con eso que salía en la tele, que tenían en EEUU y tú nunca podrías tener. Ahora los juguetes ya vienen hechos, el ordenador nos quita trabajo tedioso e internet hace que tener algo que está al otro lado del mundo pueda ser nuestro en veinticuatro horas.

Y hasta con este panorama, nada consigue que la imaginación se acabe, simplemente se pone otros límites distintos. Hasta dónde llegarán nuestros pequeños pitufos… será cuestión de verlo.

Imperfecta

Qué haría en un mundo plano, en el que caminar por La Tierra significase echar a andar sin más sentido, esperando ver el destino en el horizonte, sin subidas y bajadas, sin baches y cuestas empinadas que escalar o escalofriantes abismos que sortear para no caer al vacío. Un cielo en el que las nubes fueran perfectas y no dejasen lugar a la imaginación. Si tu rostro fuese ideal y cada mitad fuese la otra, como reflejada en un espejo, esa sonrisa de medio lado que me enamora.

No puedo soportar que algo no salga perfecto después de tanto empeño, pero en realidad me odiaría si todo saliese según lo planeado. Seres perfectos caminando a lo largo del planeta, conviviendo con otros seres también perfectos, haciendo cosas perfectas en un mundo perfecto. No, entonces no seríamos nosotros. Sin problemas, sin discusiones, sin poder ver el contraste, lo que marca la diferencia entre personas que no son perfectas.

Es lo imperfecto lo que me hace caminar hacia adelante, porque no se ve el horizonte y hay que imaginarlo a costa de los sueños, un mundo en el que las nubes son vapores aleatorios observados por seres imperfectos que verán cosas diferentes porque no son perfectos. No te escogí por ser ideal, sino por ser imperfectamente ideal para mí. Vivo en un mundo cambiante, que se descoloca ante mis propios ojos de ser imperfecto, a cada segundo.

Hoy he cambiado de imagen y lo sé, no es perfecta, pero es tan inmensamente perfecta porque no es ideal.

El Sol, Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria – Sol de Oro – Cerveza Quilmes (“Igualismo”)

Desconozco actualmente en la publicidad, al haberse prohibido en programas de televisión el que salga gente fumando, si esto afecta de alguna forma a la categoría «Bebidas alcohólicas, tabaco y accesorios del fumador». De hecho todos los premiados en esta categoría son bebidas y el Sol de Oro del Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria fue a parar a manos de Cerveza Quilmes, marca de cerveza argentina, con su «Igualismo».

Dos grandes mensajes, cada uno del sexo contrario en un espacio abierto, y una misma idea, no volver atrás después de haber conseguido tantos avances. Una batalla a punto de comenzar… y sólo digo a punto, porque la batalla termina convirtiéndose en otra cosa. Y es que hay un poder mucho mayor que nos puede en esta lucha sin fin entre mujeres y hombres y viceversa.

Cuando el machismo y el feminismo se encuentran, nace el igualismo

Tres nuevas versiones de este anuncio en su formato reducido, evocan otras tres divertidas posturas: El flotador, Guarnición y Soja. Muchas más salieron posteriormente con una duración de poco más de 10 segundos. Por cierto, en el último de los anuncios, lo de «papafrita» no sabemos si Pepe de GH 12  1 lo cogió de aquí al ver el anuncio.

El flotador

Guarnición

Soja

Palabras de Borges en el Hotel Cuevas del Fraile

Hace ya algunos años desde que subimos con mucha ilusión al Hotel Cuevas del Fraile en Cuenca para grabar nuestro cortometraje. Dos estupendas actrices que colaboraron y actuaron desinteresadamente al igual que todos los demás que allí estábamos. Una simple habitación se convirtió en el escenario perfecto, creamos un ambiente cálido en una ficticia noche y, tras solventar los problemas de sonido, terminamos muy contentos con el resultado, mucho más con la edición, pero eso ya es cosa de contarlo otro día junto con el cortometraje.

Durante la grabación fue necesario que Begoña abriese las páginas de un libro y leyese las palabras de Borges que a todos se nos quedaron grabadas a base de repetición. Begoña interpretaba a la muerte y sus palabras iban dirigidas a Estrella, una chica que deseaba acabar con su vida:

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

Gravedad

Era una chica aparentemente sana, no tengo la imagen de su rostro completa en mi cabeza, pero era de estatura baja, complexión normal y pelo corto, apenas recuerdo nada más. Esa apariencia desapareció en el mismo momento que perdió el conocimiento por primera vez. Primera vez para nosotros, una de tantas para ella, que no había contado el problema. La situación no fue nada agradable y tras nervios, prisas y llamadas, ella despertó de su letargo cual Blancanieves con el semblante blanco como la nieve y pidiendo agua. Para ella, otra vez más.

Esta situación marcó un punto de inflexión de la gente en su relación con ella. De repente, nadie quería quedarse a solas en el mismo lugar, nadie quería ponerse a la cola para el desayuno detrás ni delante de ella y en desayunos, comidas o cenas el sufrimiento era palpable, cualquier momento podía ser el indicado para una nueva pérdida de conciencia, de pie, sentada, de cualquier forma. Lo que para ella, a pesar de llevarlo con total serenidad dando por hecho su enfermedad, seguramente sería un calvario, para los demás, a pesar de no sufrirlo directamente, también lo era.

Yo era de los que huía de momentos a solas y de las colas en el desayuno y comida cuando nos levantábamos a la vez a por la bandeja. ¿Por qué ese miedo?

Cuando uno no es consciente de algo que va a suceder, actúa con total naturalidad, pero el temor de una posibilidad más que evidente de que algo ocurra teniendo un precedente, pone en alerta a cualquier persona y lo que debería surgir con naturalidad se convierte en ese miedo, por no saber cómo actuar ante la situación comprometida.

No recuerdo su nombre, me viene a la mente Esmeralda, sólo sé que los últimos días con ella, ese miedo desapareció con la convivencia y algo hizo que sus pérdidas de conocimiento disminuyeran. No es fácil para los que están a su alrededor como tampoco lo es para ella. Nos enseñan a perder el miedo a las matemáticas y a la física, esa de las fórmulas, pero cuando un cuerpo cae somos unos verdaderos inútiles y la única física que existe en ese momento preciso es la del ser humano.

Esperando que llegues a casa

Te apoderas de mi espacio y de mi vida, aunque desde un principio quiera mantener las distancias y hacer de nuestra relación lo que somos por naturaleza, con el paso del tiempo las diferencias se van haciendo más estrechas, diminutas, hasta volverse inexistentes. Después de pasar por el común proceso del «esto no» y «aquí no», llegamos al punto en que todo lo tuyo es mío, en que no existe un momento en que no estés a mi lado y en que los breves momentos en que no es así, los demás me preguntan por tu ausencia, porque somos uno.

Por eso cuando te vas me queda el cincuenta por ciento, porque los paseos los cambié por prisas, porque las caricias las sentí por las ganas de acariciar, porque tras cada yogur medio acabado miro el fondo, recordando que alguien se acercaba a terminarlo cuando escuchaba el rápido golpeteo de la cuchara.

Deberías ser tú el que estés esperando cómodamente en casa esperando a que llegue y entre por la puerta, atento a cada sonido, mis pasos, mi voz, pero la historia cambió y ahora soy yo el que cada día añoro que regrese lo que se perdió y apenas he de conformarme con sueños.

A eso no lo llames amor, a eso llámalo me estoy acostumbrando

Fue aquel un tiempo extraño, de sentimientos imposibles sacados como de otro mundo, tanto que nos hacían despegar los pies del suelo. No había tiempo, no había espacio, sólo dos seres en un universo infinito viajando incansable, irracionalmente, lo más cercano a la felicidad absoluta.

Y viajando por ese extraño universo, no recuerdo en qué momento topamos con un extraño planeta y su gravedad, la que nos hizo poner de nuevo los pies en el suelo. Casi sin darnos cuenta, aquel espacio vacío comenzó a teñirse de color y ante nuestros ojos, las cosas comenzaron a recobrar su aspecto, la tierra se tornó en tierra, el cielo volvió a tener nubes, nuestros abrazos dejaron de desprender calor y los besos empezaron a perder la magia.

Y sin embargo, te sigo queriendo.

 

El regreso de ‘Dallas’

Somos de la generación de aquellas series interminables, al menos cuando éramos pequeños y no teníamos conciencia casi ni del tiempo, sólo sabíamos que cada año llegaba una nueva temporada y que sus capítulos parecían no tener fin. Los miles de episodios de ‘Santa Bárbara’, los tejemanejes de ‘Dinastía’, la mala de la Chaning que llegaba cada verano con ‘Falcon Crest’ o las intrigas familiares de ‘Dallas’.

Tras los intentos fallidos por rescatar series del pasado que llevan a sus espaldas 20 años o más como fueron el caso de ‘V’ o ‘El coche fantástico’, ahora le toca probar suerte a ‘Dallas’, cuya historia seguirá en tiempo real los acontecimientos sucedidos desde su final hace dos décadas, es decir, cuando nos dispongamos a verla, nos sumergirán dentro de un drama por el que han pasado 20 años, aunque más de uno lo veremos sin tener ni idea de lo que ocurrió, como si fuese una serie de nueva generación. Yo sinceramente sólo recuerdo a JR, a algunas de sus pérfidas esposas y poco más, pero lo que sí recuerdo es que me gustaba seguir aquellas intrigas, al fin y al cabo marcaron el inicio de mi instinto como fiel seguidor de series que soy.

Otro de los principales atractivos de esta nueva vuelta son sus actores y actrices. No sólo vere,mos a un par de personajes por los que habrá pasado el tiempo y que ya estuvieron en la original, sino que se incorporan al elenco nuestra Mary Alice Young (Brenda Strong), el novio de Julie o el jardinero infiel de la ya desaparecida ‘Mujeres Desesperadas’, algo que para los seguidores de esta serie inmortal será como un aliciente añadido.

Melodías que se quedaban en nuestra cabeza y que hoy identificaríamos con los ojos cerrados, la de ‘Dallas’ no es menos. La nueva composición tiene algunos arreglos adecuándose a las nuevas tecnologías y los nuevos tiempos, pero sigue conservando su magia.

Desatar cadenas

Pasó tanto tiempo encerrado, enjaulado, maltratado, en un ambiente donde los palos volaban de esquina a esquina, donde las voces resonaban en los tímpanos y el único silencio era el de la triste oscuridad de la noche, encerrado en un lúgubre sótano por el que cada amanecer, por una pequeña rendija en algún lugar del subsuelo, se colaba la luz de la mañana, desgraciadamente de otra mañana donde todo volvería a comenzar.

Por eso fue bonito y especial desatarle las cadenas, dejar que su cuerpo experimentase el palo del viento ondeando su pelo, el ruido de las olas y el agua golpear cada centímetro de su piel, el silencio de la noche bajo las estrellas. Me quedé dormido de felicidad y con los primeros rayos de sol una lengua áspera contra mi cara vino a despertarme. A continuación un aullido. No era de dolor, era de agradecimiento, de libertad, de vida, de cualquier cosa menos de dolor.

Yogur helado

La idea de meterse dentro del congelador al lado de los cubitos de hielo cada vez apetece más.

Ayer me preguntaba mi madre si este año no comía helados y creo que sólo hace falta mirar la imagen para saber que este verano los helados van a ser sustituídos por otros helados distintos, para variar un poco. Se acabaron los polos recubiertos de crocanti, de una fina capa de chocolate, de tres caramelos en cajas de tres en tres de los que disfrutar alguna que otra tarde (que tampoco es cuestión de abusar). Comienza el veranito de los yogures helados (o yolados), la sensación irresistible de comerse un yogur, lo mismo de siempre, pero ahora helado, y lo mejor es que dura más.

Abrir el congelador, sacar uno de limón de su encierro, levantarle la tapa y de ella arrastrar lo sobrante con la cuchara y saborearlo, para después comenzar a disfrutar de un buen y duradero rato de helado.

La buena imagen

Hace unos días comentaba en el blog una triste realidad, estos eventos tan importantes que llegan a determinados países que buscan dar su mejor imagen al mundo, como si pocos días pudiesen cambiar la concepción que se tiene de él en años por un simple evento por muy importante que sea, y que tienen como repercusión ya no sólo una limpieza de calles, de esas que todo el año están como están y de repente lucen como la plata de la noche a la mañana (al menos reducen el paro durante unos días que no está ni tan mal), sino que influyen directamente ya sobre la vida de seres vivos o sobre la economía de gente que se gana su sueldo como bien puede o quiere.

No soporto las buenas impresiones, porque no son más que una simple capa que con el paso del tiempo va destiñendo y destruyéndose, dejando al descubierto la realidad que hay dentro. Por mucho que uno llegue a un sitio nuevo e intente comportarse de forma distinta, por mucho que intentes cambiar tu forma de ser, el tiempo lo va poniendo todo en su lugar y la percepción que los demás tienen de ti termina siendo la misma allá donde se vaya y te pongas la capa que te pongas. Lo mismo pasa con las ciudades y países, poblados por gente que somos lo que somos, un conjunto de individuos con unas costumbres, unas tradiciones y una cultura. Y por mucho que durante 15 días se embadurne de pintura la fachada, el interior sigue siendo el mismo.

Hoy se conocía que el gobierno de nuestro país busca acabar con las prostitutas en la calle, multando a prostituta y multando a cliente, todo con el fin de «limpiar» las calles por la mala sensación que da esta situación al resto de gente que venga de fuera a visitarnos, será que no saben que en países del norte las prositutas se venden en escaparates y están muy bien consideradas.

Mientras tanto eso sí, poca vergüenza les da que a las 8 de la mañana ya haya una cola que da vueltas a varias esquinas para entrar a sellar la tarjeta del paro. Esa cola les debe resultar hasta atractiva.

A todos los dirigentes que meten la mierda debajo de la alfombra, a todos los que acaban con las vidas de seres vivos, sólo les tengo que decir que se metan la buena imagen por donde mejor les quepa.

Llega el verano y llegan los abandonos de animales… otra vez

Que llegué a saltar una muralla, meterme entre zarzas y arriesgarme a todo por rescatar a un perro a las tantas de la madrugada es algo que ya contaré algún día. Como todo en la vida, parece que las cosas se rigen por polos opuestos, unos abandonan y otros rescatan. De nuevo se va acercando el verano y a algunos parece que les pesa más una semana en la playa y unas copitas que tantos años junto a su mascota.

Al menos el caso con el que me he encontrado hoy demuestra que, el/la que se haya ido de vacaciones, al menos ha tenido remordimiento de conciencia. Eran apenas las 7:30 de la mañana cuando en una plaza conocida de la ciudad, según me acercaba para torcer la esquina de un colegio, me encontraba a un perro (por la expresión de su cara parecía más bien hembra) que tendría uno o dos años como mucho, de unos 30 kilos de peso, bastante grande, atado con cadenas a la barandilla y muy cerca un cubo de agua que, a juzgar por la cantidad que quedaba, ya llebava un tiempecito allí, lo que daba una ligera idea de que el/la cobarde lo dejó abandonado de madrugada, cuando nadie miraba.

Al menos le dejaron con algo puesto, aunque con pasaporte a una perrera que con los tiempos que corren, probablemente será el último lugar que vea en vida.

Y uno se pone a imaginar, a intentar ponerse en la mente de esas personas. ¿Realmente estarán siendo felices en el día de hoy y los que vengan? ¿No les perseguirá el remordimiento hasta el resto de los días? Aunque bien pensado, a lo mejor esto lo imagino yo y todos los que vemos en este un acto repudiable y realmente haya gente que no tenga ni una pizca de eso que llamamos remordimiento ni sentido de la responsabilidad. Debe ser como la vergüenza, que algunos la tienen y otros no.

A la vuelta ya tenía todo pensado, no era cuestión de llamar enseguida y menos cuando andaba pillado de tiempo, tenía al menos bebida para aguantar varias horas y a la sombra, pero al regresar ya no estaba. No quiero pensar las horas que habrá pasado en la madrugada, al ver amanecer y comprobar dentro de sus posibilidades, que aquellos con los que jugaba ya se habían marchado para siempre, buscando en cara transeunte una mirada cómplice y una caricia mediante ladridos y gruñidos como los que me profería al pasar mientras movía la cola alegremente.

El tiempo pasará para él o ella y olvidará. Sólo espero que tenga ese tiempo para hacerlo.

El Sol, Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria – Gran Premio: BGH Silent Air («Padres en slip», «Amigos», y «Sin señal»)

El pasado 31 de mayo y hasta el 2 de junio, Bilbao acogió El Sol, el Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria, donde se dan cita los anuncios más destacados emitidos a lo largo del año para recibir sus premios, uno de los festivales de publicidad más importantes del mundo. Un total de 280 premios englobados dentro de 14 categorías de los que España recibió nada menos que 160.

Padres en slip

Dentro de los premios, por cada categoría se conceden El Sol de Oro, El Sol de Plata y El Sol de Bronce y podemos ver desde ese inolvidable anuncio de los cómicos que se unen para rendir homenaje a Miguel Gila, hasta el divertido «Gra-tu-i-to» de Visionlab, que vienen a reflejar la mezcla y viaje de sentimientos que los anuncios publicitarios pueden provocar en pocos segundos.

Amigos

Dentro de esos premios se concedió un Gran Premio a la compañía argentina BGH Silent Air por las tres versiones de su anuncio «Padres en slip», con su versión original y otras dos más en diferentes situaciones: «Amigos» y «Sin señal» que podéis ver en esta entrada. Una serie de anuncios muy simpáticos basados en el sentimiento ajeno de vergüenza del ser humano y en una situación que se produce dentro de casi todas las casas, cada verano, en este caso, el tener que aguantar el que los padres se queden medio en pelotas por la casa a pesar de no tener un cuerpo diez.

Sin señal

Podrás ver todos los anuncios desde la nueva sección del blog EL MUNDO DE LA PUBLICIDAD

La Eurocopa de la vergüenza, miles de perros por dinero

Parece como si el mundo se hubiera vuelto loco de repente, como si los dirigentes de todos y cada uno de los países que conforman el planeta no tuvieran ya ni escrúpulos ni nada que se le parezca. Mientras en el nuestro terminarán recortándonos hasta el pelo (pagando por adelantado, claro) y el presidente se esconde para no dar la cara, en otros países como Ucrania se exterminan perros como si se hiciesen panes.

Muchas han sido las denuncias, imágenes y noticias que han salpicado y sumergido en la más absoluta vergüenza a Ucrania, uno de los países que recoge la Eurocopa de este año 2012. Ante un acontecimiento de estas características bien es sabido que la imagen que debe ofrecer o quiere ofrecer un país al resto del mundo es la de limpieza absoluta, una soberana gilipollez teniendo en cuenta que cada país es conocido por ciertas cosas que por mucho que intente meter bajo la alfombra, nunca se irán.

En lugar de atajar el problema y ponerle una solución a la enorme cantidad de perros callejeros que históricamente pasean por sus calles medio muertos de hambre, la decisión ha sido cruda, cruenta y desgraciada, poner fin a la vida de miles de perros exterminándoles, envenenándoles y quién sabe cuántas cosas más. Las sociedades protectoras al conocer la situación enseguida se echaron a la calle para intentar poner una solución más coherente y con tiempo, esterilizar a los animales para evitar su proliferación y que mueran de inanición. Aún así no han conseguido su objetivo y por desgracia estos días ver imágenes y vídeos de perros apilados y encerrados para acabar con sus vidas han sido comunes y vomitivas.

Al margen de echar la culpa a patrocinadores e incluso a los organizadores del evento, lo cual está fuera de contexto ya que no tienen nada que ver con esta situación (y esto va para los que aprovechan cualquier cosa para echar el muerto a quien no lo merece), la principal culpa recae en aquellos quetoman este tipo de decisiones, desde los hijos de puta que dejan abandonados a los animales, hasta los desgraciados de los presidentes de gobierno o lo que quiera que sean, que demuestran tener en el ojo un puto dólar por insignia, en lugar de preocuparse por los derechos, ya sean humanos o animales, de la vida en sí.

Libro estándar de hechizos por Miranda Goshawk – El próximo libro de J.K. Rowling sobre el universo Harry Potter no se escribirá en papel

Con Harry Potter, la autora J.K. Rowling imaginó un rico mundo de detalles que compartió con todos los lectores, ávidos por saber más y más acerca de las aventuras del joven mago. Ese rico universo se saldó, en la literatura, con siete tomos, entre los cuales aparecieron un par de pequeños libros recién salidos de la biblioteca de Hogwarts y de la mochila de Potter: Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos de Newt Scamander (su autor ficticio) y Quidditch a Través de los Tiempos de Kennilworthy Whisp (seudónimo de la autora real). Estos dos libros nacieron de la necesidad de hacer de Harry Potter un mundo más real, dos libros que se mencionan dentro de los libros, sacándolos a la venta con fines benéficos. Apenas poco más de 50 páginas cada uno pero con más detalles que a uno le hacen sentirse un poco más cerca de losm protagonistas de los libros originales cuando leen estas obras dentro de la historia.

Con el último libro nacería otra pequeña obra, esta un poco más extensa, también con fines benéficos, Los Cuentos de Beedle el Bardo, siete ejemplares escritos a mano para una subasta que nunca iban a salir a la venta pero que al final vieron la luz. (Y yo me enteré por sorpresa (ver el enlace)). Un libro único para aquellos que deseen saber mucho más sobre las reliquias de la muerte.

Tras finalizar todas las obras, J.K.Rowling afirmó que estaba trabajando en una gran enciclopedia, aunque con el tiempo esa enciclopedia se convirtió en algo más llamado Pottermore, un sitio que ha tardado en ver la luz pero en el que revivir y vivir nuevos aspectos de ese universo inmenso. Tras siete libros, tres mini libros, ocho películas y sus respectivos videojuegos, el próximo libro basado en el universo de Harry Potter por primera vez no se escribirá en papel (al menos de momento) y su título será conocido por todos los fans, así como el nombre de su autora, se trata ni más ni menos de un tomo que se nombra en la primera obra de la saga, el Libro Estándar de Hechizos de Miranda Goshhawk.

Y no se escribirá en papel, sino que empleará la magia que es capaz de ofrecer la tecnología de los mandos de movimiento y reconocimiento de las consolas de la actual generación. Será este en colaboración con J.K. Rowing uno de los primeros títulos que aparezcan para el libro mágico Wonderbook, una de las sorpresas inesperadas de este E3 2012, y nos permitirá no sólo leer cada una de sus páginas en la pantalla, sino además practicar los hechizos a través de divertidos minijuegos, un libro más interactivo que nunca.

Un regalo para todos los fans. Las próximas navidades podremos volver a soñar, como ya lo hicimos hace más de 13 años. Una vez más las campañas publicitarias irán enfocadas al público infantil, como se ha estado haciendo desde el principio de la saga por desgracia. Pero por suerte, aquellos que hemos leído las aventuras del niño que vivió, sabemos perfectamente que cada uno de sus libros, aunque puede,  dista mucho de ser infantil como lo pintan y eso sólo se descubre pasando cada una de sus páginas, profundizando en una historia que es capaz de engancharte irremediablemente de por vida.

El tránsito de Venus

Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Neptuno, Urano y Plutón (bueno, este como que ya no, ¿no?). ¿Por qué a nuestro planeta le pusimos un nombre tan común como un pedazo de roca deshecha como su fisiología interna y externa y al resto nombres de Dioses por eso de que nos pillan lejos? Es como al perro del vecino, al que le pondríamos algo así como Melquiades cuando el nuestro se llama Chucho.

Da igual el nombre que tenga aquello que está lejos o lo que está cerca, los planetas van a su ritmo y llevan su propia vida, que al ser observada por alguien como nosotros desde lejos, le encontramos un sentido y una trayectoria, tanto que sus movimientos están definidos de aquí a miles de años en el futuro sinque se nos escape apenas un detalle, sabemos dónde se encuentran hoy y sabemos dónde estará dentro de miles de millones de años.

A veces me pregunto si alguien no estará observándonos de la misma forma y, aquello que nosotros vemos tan cercano y al libre albedrío, con decisiones y miles de posibles caminos, la libertad, ese observador sea capaz de ver en realidad esa misma trayectoria y sepa lo que va a sucedernos ahora y siempre y que en cierto modo nosotros mismos seamos ese Venus en trayectoria por el sol.

La música puede morir también

Dexter sigue el ritual. Extiende por toda la habitación el plástico, recubriendo paredes, suelo y objetos para impedir que sean salpicados. También recubre la mesa del asesinato, allí en el centro, la protagonista de todas las miradas. Poco más lejos de ella, un pequeño atril se levanta sobre una pequeña mesilla, con las fotos de las víctimas del que pronto se convertirá en su propia víctima. Con suavidad y delicadeza limpia y observa el material de su cacería de esa noche. Esta es la noche.

Adam Ben Ezra sigue el ritual. Extiende el plástico por toda la habitación, recubriendo suelos y paredes y también esos objetos susceptibles de ser salpicados. También recubre la mesa del  crimen, allí en el centro, la que no es protagonista de todas las miradas pero que tendrá un protagonista muy especial, ese que morirá a cada nota. Un poco más allá hay una pequeña mesilla también cubierta sobre la que no hay nada, sólo un espacio extrañamente vacío. Con delicadeza y suavidad, afina cada uno de sus istrumentos, su material de cacería para ese día, el día en que matará de placer a la música.

Uno no decide de quién se enamora

Has sentido, sin duda que has sentido, alguna vez, con miradas de esas que duran tanto tiempo que es la sensación más cercana a sumergirse en la eternidad. Y duró demasiado tiempo y no pasó nada. Andas ahora perdido, buscando a alguien que despierte ese mismo sentimiento sin alcanzarlo y el tiempo pasa. Pasa el tiempo y pasan las oportunidades, ahora eres consciente de algo que antes no eras, las exigencias del amor.

Ya nada parece tan perfecto como antes, en cualquier lugar y momento surge un fallo insalvable que provoca la invitabilidad de una rotura más, una de tantas. Ya no existen esas miradas eternas, ni el sentimiento fuerte de abrazos , besos y caricias, sólo tan fugazmente que apenas en un parpadeo desaparecen.

¿Dónde estás que te busco y no te encuentro? Te preguntas.

Deja de buscar, uno no decide de quién se enamora. No debes intentar coger cariño a la fuerza, ni quedarte prendado por obligación de aquello que crees que te gusta, engañándote a cada momento. Deja de buscar ya. No hay prisas, en el amor no existe el tiempo, ¿acaso no ves cuán infinito se extiende con aquellos a los que quieres y ya se han ido? Dura para siempre en algún rincón desconocido. Cuando sientas que no hay momento en que apartarse se traduzca en un vacío inmenso y te haga falta como el respirar. Por eso no debes buscar ni miradas ni gestos, simplemente disfruta de las vueltas de la vida. En cualquier recodo del camino, casi sin que te des cuenta, llegará por inercia aquello que buscas, y seguramente dentro de algún tiempo te preguntes qué diferente es lo que tengo de lo que buscaba, porque no siempre la eternidad se esconde en las cosas más bellas y hermosas.

Hasta siempre señora McCluskey

Así es la vida, me disponía a escribir algo totalmente distinto hoy y todo da un giro, como suele ocurrir fuera de estas páginas, cosas que lo cambian todo. No recuerdo ahora un personaje televisivo al que le haya cogido más cariño que a mi querida señora McCluskey. Por ella ha pasado la vida de casi todos y cada uno de los personajes de ‘Mujeres Desesperadas’, directa o indirectamente.

Allí estaba siempre, haciéndose cargo de los revoltosos gemelos, dando sabios consejos a las desesperadas, hasta que un buen día se decidieron a contarnos su triste historia de amor, comenzando en aquella inolvidable escena de apertura en que uno de los gemelos se adentra a hurtadillas en la casa de la hasta entonces «normal» Karen McCluskey, y descubriendo en su congelador algo más que helados. Uno de esos episodios irrepetibles que hicieron que descubriésemos la otra cara de este simpático personaje.

Karen ahora nos deja para siempre el día de ayer viernes, por culpa de un cáncer. Siempre nos quedará su tierna mirada, su pícara sonrisa, la sabiduría reflejada en sus palabras y los ojos bajo las gafas, ocho largos años en que siempre estuvo ahí, pocas veces protagonista, pero suficientes para adorarla como si fuese de la familia. Sé que le daré mi particular adiós viendo los últimos episodios y sufriré cuando ocurra lo inevitable y la ficción se mezcle con la realidad, diciendo adiós a personaje y persona.

Hasta siempre señora McClusky.

No te quedes junto a mi tumba a llorar.

Yo no estoy ahí, estoy dormida,

soy mil vientos que soplan,

soy el resplandor de la nieve,

soy la luz del sol sobre los trigales,

soy la plateada lluvia que cae en otoño,

no te quedes junto a mi tumba a llorar,

yo no morí, no estoy ahí

El calor de un verano que se acerca

Desde hace ya varios días ando descalzo por casa, sin que el suelo me contagie esa especie de frío, que te hace desear poner los pies a salvo en un lugar calentito. La camiseta sobra y para dormir sobra casi todo. El sol abrasador del mediodía hace que afloren esas gotas de sudor en la frente y el cuello mientras dejan la cara sonrojada por la fatiga y la exposición.

De madrugada las calles no descansan, por las aceras se van descubriendo las mesas y sillas, los helados son el postre preferido y los ruidos perduran más allá de las altas horas. Los garajes y lugares con gruesas murallas son el lugar idóneo para coger un poco de aliento y una bocanada de aire frío que de repente despeja tu cuerpo del cansancio y de todos los males, un pequeño alivio para afrontar el resto del camino.

El calor de un verano que se acerca, que invita a soñar con pasar una temporada dentro del congelador, al lado del agua fría y de los cubitos de hielo.