La efímera vida de Lobito

Hola Yoko:

Esta tarde Lobito dejó esta vida para marcharse a tu lado. Tras comer, le dejaron en el patio del chalet atado. Poco tiempo después, cuando Rubén fue a buscarlo, se lo encontró con convulsiones y rápidamente avisó, pero no se pudo hacer nada ya, a los pocos segundos yacía sin vida.

Me paro a pensar en la existencia, tan irregular para unos y para otros, de forma incomprensible cualquier momento puede ser el que nos lleve, somos tan frágiles como gotas de lluvia golpeando el suelo y desperdigándose por ytodas partes. La vida de Lobito ha sido efímera, apenas le ha dado tiempo suficiente a disfrutar más de esas carreras por el descampado, ni de más momentos de risas, cariño y juegos de Rubén y José María, cuya principal ilusión era ir a verle siempre que podían a la parcela.

Hoy esas risas y juegos han sido llanto. José María apenas lo comprende, sabe que ha muerto pero a su edad apenas sabe que no le volverá a ver nunca más. Rubén sí lo entiende, la primera vez que su madre tuvo que explicarle el significado de la palabra «morir» fue cuando tú te fuiste. Hoy al lado del cuerpo inerte de Lobito, arañaba el suelo y gritaba pidiendo irse con él.

Conozco el sentimiento. No es fácil dejar marchar y sólo el paso del tiempo logra aliviar las heridas, aunque no curarlas del todo. Para no sentirnos siempre mal, quizá el secreto consista en mirar cara a cara a ese último recuerdo, en revivirlo una y otra vez hasta que forme parte de lo que somos, de nuestra vida, aunque al revivirlo en nuestra soledad de nuevo algún día, nos provoque un nudo en la garganta.

Estas fotos son el último recuerdo de esta tarde. Mientras que la tristeza invade ahora mismo los corazones, tenemos la suerte de que en las fotografías se inmortalizan los momentos de felicidad. Ahí permanecerán encerrados para siempre.

en memoria de Lobito que falleció la tarde del 2 de mayo de 2010

Ana

Un buen día, hace ya muchos años, mi amiga Ana, de Medina del Campo, me envió por correo una cinta de Jorge Drexler. Era la primera vez que escuchaba a este cantante, cuya historia personal y profesional me sorprendieron. De entre todas las canciones me sorprendió encontrar al final de la cinta esta, Ana, como su nombre, como el nombre de mi amiga, una canción sencilla, directa, con pocos instrumentos y una cálida voz que lograba conducirme por los recovecos de cada nota mientras la escuchaba una calurosa tarde de verano en la terraza.

Cada vez que la escucho recuerdo el momento en que vi el sobre en el buzón como una pequeña sorpresa, la ilusión con la que lo abrí y el sol rozando mi cara cuando las melodías comenzaban a sonar.

El final de una vida

Hoy hace ya dos años desde que nos separamos…

Nunca había sentido el final de una vida. Coloqué mi mano izquierda sobre tu lomo, sintiendo tu respiración, arriba y abajo, arriba y abajo, arriba y abajo… hasta que se fue haciendo más y más débil, hasta que se extinguió para siempre.

Aquella noche me envolví en tu manta preferida, coloqué mis manos sobre mi torso, cerca del corazón, sintiendo mi propia respiración, mientras las lágrimas de dolor me recorrían la cara hasta caer en algún lugar de la almohada y así me quedé dormido.

Nacer para encontrarte

Yoko:

«Papá y Mamá habían ido de viaje a Córdoba unos días. Ese día me levanté con un ánimo diferente y especial y con tiempo por delante para tomar un buen desayuno, no como el resto de días donde un vaso de cacao era lo único que tomaba y enseguida me vestía para ir al instituto.

No, ese día tenía tiempo. Me preparé un gran tazón de leche y cacao con cereales y lo puse todo sobre la mesa de mi habitación. Llevaba mucho tiempo sin ver la tele en las mañanas y decidí ponerla mientras desayunaba. Pulsé hasta localizar los dibujos animados en el nº 5, que ya estaban acabando…

… aparecieron en la televisión las letras finales del capítulo y se fusionaron con una preciosa camada de 11 cachorros alrededor de sus padres…

… me quedé embobado mirando la pantalla… nacer para encontrarte…

… y allí estabas tú.»

Algo se rompe

algo se rompe

Yoko:

Hoy ella acaba de partir hacia donde tú estás. Esta mañana no se ha despertado como era su costumbre a las 5 o las 6 de la madrugada y el abuelo la ha llamado invitándola a una taza de leche. Ha levantado su brazo, y a la vez que el peso de este yacía sobre la cama, otra losa de dolor caía sobre él y paulatinamente sobre todos los demás según llegaba la noticia.

Por el camino me venían imágenes y palabras de recuerdos, de cuando cada vez que cruzaba su puerta ella estaba sentada en el salón con el brasero puesto y me decía «hijo, cómo has crecido», de sus gachas con anís y tropezones, de los dulces de navidad, de las noches de nochebuena inolvidables con toda la familia, de cuando pícaramente ella a escondidas me cogía la mano y me soltaba unas perras para comprarme chuches…

Tengo un serio problema, en mi mundo la gente siempre me ha parecido irrompible, perpetua, siempre fuerte y en los últimos años ese mundo se me está viniendo abajo y me está enseñando lo contrario. Empezó a cambiar desde el mismo momento en que te vi dar el último suspiro, algo se rompió dentro de mí. Sentir el nunca más te volveré a ver.

Amigo, si el cielo realmente existiese te imaginaría a tí corriendo y ladrando en su búsqueda mientras ella se agacha dispuesta a acariciarte y agradecerte la bienvenida y después, ambos os alejaríais por un camino de blanco y negro echando una breve mirada atrás, suficiente para que la grabase en mi recuerdo.

Cuídala.

algo se rompe

Un nuevo amigo en sus vidas

perro perrera

Yoko:

Hace unos días esperando en la parada de autobús, de pronto me giré para ver a un perrito que pasaba por detrás. En ningún momento me fijé en quien lo llevaba de la correa hasta que mi tía me saludó (soy demasiado despistado qué le voy a hacer).

En ningún momento pensé que el perro fuese suyo, creía que estaba dando un paseo al perro de alguien, pero no, me dijo que era suyo. Ella quería uno y mi tío no, pero un buen día llegó del trabajo y le dijo: «arréglate que nos vamos ahora mismo a la perrera» y así llegó Curro, un nuevo amigo a sus vidas, al que de nuevo deberán enseñar muchas cosas y del que volverán a disfrutar como en su día hicieron con Katy, a la que siempre tendremos todos en el recuerdo.

Necesito, necesito yo también levantarme un día o llegar del trabajo y decidir que quiero un nuevo amigo en mi vida, el problema es que no vivo solo y mi decisión no es la única. Una mascota da muchos problemas y mucho que hacer, pero después sólo quedan los buenos recuerdos.

Vida de perro

perrito comiendo

Yoko:

He de reconocer que más de una vez y sin darme cuenta me ha pasado esto, unas veces por llegar tarde y otras por despiste, verte perseguirme de un lado a otro sin darme cuenta de que lo que querías era simplemente comer. ¿Es fácil la vida de un perro? ¿Está mi vida demasiado llena de complicaciones o la tuya se basa en apenas unos cuantos placeres? No sé si será fácil, pero lo pasamos bien. Todavía mi mente se para a pensar unos segundos cuando me termino el yogurt, esperando que te acerques para lamer lo que sobra…

Información y visualización aquí

cachorros comiendo

Dicen que los perros van al cielo

 yoko

Pequeño Yoko:

Ya ha pasado un año desde aquella tarde que te di aquella tortilla que apenas veías ya con tus lindos ojos, desde aquella tarde alrededor de las 19:30 que tomé la dura decisión y desde aquella noche que entre mis brazos te me escapabas.

Mi estantería guarda como un tesoro tu cartilla del veterinario y tu correa negra, esa que escuchabas y te hacía levantar el ánimo con un sonido que nos acompañó durante más de 13 años.

De vez en cuando te has colado en mis sueños como si aún estuvieses a los pies de mi cama velándome el sueño.

Te quiero. 

Tengo el corazón de mudanza

Hola Yoko:

Hoy hubiese sido tu 14 cumpleaños. Hoy tengo el corazón de mudanza. Es como si una vez más el tiempo se llevase de mi corazón unas cuantas cajas y yo le dijese «no te lleves esto». El tiempo se ha llevado tu cacharro de la comida, los pequeños pelos que aún quedaban en prendas de mi ropa del invierno pasado, los paseos por la calle a cualquier hora. Pero le he dicho que me deje tu correa y tu manta preferida, con la que sonrío cada noche antes de irme a dormir.

Frente a las escaleras

Son casi las 17 de la tarde. Hace ya 9 años a esta misma hora me quedé plantado frente a unas escaleras mientras mis padres desaparecían en el coche cuesta abajo camino de mi ciudad. Hace 9 años sentí algo que nunca más he sentido, la sensación de encontrarme solo, desamparado, frente a una vida de la que a partir de ese momento debería llevar yo las riendas sin que nadie me sujetase. Quizá lo más parecido a esa sensación sea la de montar en bicicleta sin ruedas de apoyo, siguiendo un camino, caer y levantarse, y así una y otra vez.

Aquellas escaleras pertenecían a la Residencia Universitaria de Bartolomé Cossío en Cuenca. Me quedé unos minutos pensando en esa especie de soledad y con un pequeño ahogo, pero justo también en ese momento descubrí una parte muy importante de mí, el valor.

Esta mañana, según iba a las 6 de la mañana al trabajo (sí, también a uno le toca trabajar en festivos), recordé cuando hace 9 años íbamos de camino a Cuenca y también el día anterior, domingo, recogía las maletas dispuesto a emprender una nueva vida que me cambiaría para siempre. No puedo hoy dejar de recordarme frente a la ventana de la terraza aquella tarde mientras el sol se ocultaba y en la cadena de música sonaba «despídete» de Ella Baila Sola mientras mi perro me rondaba al lado.

Ella Baila Sola «Despídete» 

Recuerdo a un chaval frente a unas escaleras sin futuro, nunca sé por lo que pasaron los que me dejaron atrás en el coche. Y sólo quiero agradecer al destino que me colocase allí, porque el futuro que se escondía tras ellas fue maravilloso.

James Blunt – You are beatiful

Hola Yoko: 

Vi un ángel y me sonrió… tu belleza, tu belleza es real, vi tu cara en un lugar lleno de gente y no supe qué hacer, porque nunca estuve contigo. Y ya es hora de afrontar la verdad, ya nunca estaré contigo.

 

La primera vez que escuché esta canción fue cuando preparaba el «concierto de boda» de mi hermana, innumerables canciones donde elegir, lentas, pop, rock, country… unas 40 horas (4 CD’s más uno de repuesto) preparando lo que después todos los invitados calificaron como la fiesta donde mejor se lo pasaron. Yo también quedé impresionado, gracias a la música, nadie se fue de la fiesta posterior a la boda hasta las 4 de la mañana, todos allí aguantando y pasándolo bien.

Los CD’s ya estaban preparados como decía pero faltaba algo fundamental, ¿qué canción abriría el baile de boda posterior al banquete? ¿El típico vals? No señor, hacía falta algo distinto, decidimos poner a James Blunt y su «You’re beautiful». Nunca podríamos haber imaginado las consecuencias que esta elección traería. Fui al servicio antes del baile y según salí por la puerta allí estaban, Nuria y Tony comenzando el baile bajo las atentas miradas de todos y con los primeros compases de la canción. Fue precioso, me pareció estar viendo el final de una maravillosa serie de esas que no puedes contener la emoción y se te dispara la adrenalina y el corazón empieza a encogerse. Miré las caras de los presentes y me dije «pero cómo he podido hacer esto», todos estaban con la vista fija, nadie hablaba, los que tenian pareja se abrazaban mientras miraban el baile y ponían cara de soñadores enamorados.

Cuando sonaron los últimos compases que se mezclaron con los de la música de La Quinta Estación, todos parecimos despertar de un bonito sueño inducido y desde entonces recordaremos aquel momento como uno de los más emotivos que hemos vivido.

PD: Después de aquello todo el mundo queria aquellos CD’s para volver a rememorarlos en casa, algo inaudito y en variasocasiones me dijeron que preparase la música para la siguiente boda 😛

Yoko, te quiero y te echo de menos. 

Terremoto del 12 de Agosto 2007

Hola Yoko:
Hace ya una hora que ha ocurrido y la verdad es que al principio pensé que me había vuelto loco o algo. Me acababa de despertar y me he quedado tumbado un rato en la cama cuando de repente el suelo ha crujido y toda la habitación ha empezado a menearse de un lado a otro incluídos yo y mi cama. Han sido unos segundos en los que ni me he levantado porque no podía creer que se estuviese moviendo todo. Incluso he mirado a un lado para ver si es que alguien me la estaba moviendo! Menuda idea absurda ¿no?

Cuando todo ha pasado he salido de la habitación para preguntar si lo habían notado, pero apenas habían escuchado el crujido del suelo. He prendido internet para escribir un mensaje y al poco tiempo he recibido respuesta de un forero que lo había sentido en Cuenca y poco después se confirmaba la noticia: «Un seísmo de 4,7 de magnitud sacude la zona centro de España El epicentro ha sido localizado en Ciudad Real.- La sacudida ha afectado a prácticamente todo el país… El temblor se ha dejado sentir sobre todo en la Comunidad de Madrid y sus alrededores… han relatado como tanto en Madrid como en Toledo el suelo y las paredes se han movido durante un intervalo de unos diez segundos.»

¿Cómo te habrías sentido de haber estado aqui? Seguramente te habrías acercado a mi cama y yo te habría dicho «Yoko ¿qué pasa?». Bueno, ya ha pasado todo de momento aunque siempre quedan las réplicas. Por un momento esta mañana me sentí niña del exorcista con ese movimiento de cama, poseído por un terremoto.

Un beso mascota.

😛