Cuentos de terror

Una noche aparentemente apacible, un fuego que arde sacando de la oscuridad las inmediaciones, haciendo que titilen con brillos rojizos los ojos de aquellos que se aventuran a acercarse. Troncos, cajas de madera, el propio suelo, harán hueco a los seres impacientes que están dispuestos a escuchar acerca de sombras en la oscuridad, de hombres sin cabeza, de mujeres sin ojos, de leñadores con guadaña sin rostro, de seres amorfos con sierras mecánicas, de bandadas de cuervos con miradas desafiantes.

Los seres impacientes quedarán satisfechos, pero esa noche, antes de caer rendidos de sueño, vigilarán su espalda, aunque sepan que todo son cuentos de terror.

Supervivientes 2011, una final con una ganadora moral y otra inmerecida

Ya van casi 12 años a nuestras espaldas en cuanto al formato. En todo este tiempo pocos han sido los realities que se me han escapado, apenas un par de ediciones de un Supervivientes que se estaba volviendo cansino en sus dos últimas ediciones y algún que otro programa copia barata cancelado de estos que a A3 se le da tan bien hacer como «La Vuelta al Mundo al Plató» (se titulaba de otra forma pero en realidad fue tan patético ver cómo se desplazan tan lejos para enseñar durante 3 horas un interior convertido en plató… que no hay palabras para describirlo) y no estoy hablando de «El Barco», que incomprensiblemente no ha gustado a pesar de estar medianamente bien.

Con el paso del tiempo hemos aprendido, hemos aprendido a dejarnos sorprender y no dar nada por hecho. Somos conscientes de que dentro de la serie de ediciones de un reality, algunas son un verdadero despropósito, nos divierten y entretienen, pero no hacen que nos involucremos hasta el punto de sufrir con las expulsiones como otras sí lo hacen. Al igual que el camino de Gran Hermano, que esta edicion que viene afronta un reto importante en audiencia intentando recuperarse de ese bajón, Supervivientes había marcado el pasado año uno de sus peores datos en un año que no resultó muy bueno en cuanto a audiencias en ningún formato estrenado ni en los concursos ya veteranos. Por ello Telecinco decidió dar un cambio importante, con Jorge Javier como presentador y la queridísima Raquel Sanchez Silva como copresentadora desde Honduras, una mujer a la que muchos tenemos en alta estima por su labor al frente de las dos últimas e inolvidables ediciones de Pekin Express.

Ellos dos, las gracias de Jorge Javier cada dos por tres, la simpatía de Raquel, unido a un excelente casting de concursantes (aunque no se puede ser perfectos y concusantes mueble salen por todas partes) hicieron que cada gala fuera única e irrepetible, batiendo records semana a semana y convirtiéndola en la edición más vista de la historia del formato, congregando a las 2:29 de la noche, en la elección de su ganadora, a más de 4 millones de personas y el 71,9% del share, algo inaudito que jamás ha sucedido a esas horas de la madrugada en la historia de la televisión en nuestro país.

Los que esperaban una final al uso, donde los concursantes pasaban uno a uno e iban viendo su paso por la isla, más ese careo de palabras final convenciendo a la audiencia y otras formalidades, se encontraron con el mayor espectáculo nunca visto. Todo comenzaba en un lugar que hoy ya sin duda será parada obligatoria de cualquier fan de realities, los exteriores de los estudios de Telecinco nunca antes fueron el escenario de una de las escenas más conmovedoras e impactantes de la televisión (superando la llegada de Ismael Beiro en helicóptero). Sonia, ante la indignación de todos los que la apoyábamos por su entrega, era expulsada por la audiencia a las puertas de la final, en uno de estos movimientos telefónicos que algún día una persona sabia cambiará. Los aliados de Rosi, Rosa y Tatiana se unían para echar a una de las mayores supervivientes de la historia, una mujer que lo dio todo, que aunque hizo más o menos su papel en la isla, demostró ser una luchadora y así lo demostró dejándose la piel por ella y por sus compañeros en cada prueba de líder y de recompensa.

Todo tirado por la borda, los votantes (a los que debería caérseles la cara de verguenza por haber votado en contra del espíritu del concurso y por votar en contra de una verdadera superviviente) decidían que la anónima Rosi Arcas era la elegida para su pase a la final. Sonia caía destrozada y rota al suelo, sin encontrar consuelo en las palabras ni de una Rosa que se tiraba junto a ella ni de las de Raquel que tuvo que sostenerla en volandas, ni de una Tatiana que casi la pisa al escuchar que era expulsada. Sin duda el rostro de la desolación y que dejó las imágenes más impactantes de la noche. Estaba ya claro que la gente prefería como ganadora a otra mujer, que nunca ha ganado una prueba, ni siquiera la última, que ha tenido dos programas de la cadena en que trabaja defendiéndola en su mayoría y que como los demás, cada vez que había que hacer una prueba para conseguir comida, se la confiaban a Sonia. Al final la audiencia es la que decide, pero no la audiencia, sino los que llaman. ¿Tan difícil es que se pudiera votar gratis y se reflejase así de verdad la opinión de los espectadores? ¿No podrían sacar los beneficions de las llamadas por otra parte distinta y dejar de una vez por fin que España elija?

Vía libre para Rosa a pesar de que los votantes de Sonia se unieron en contra de la colaboradora de la cadena para que ganase Rosi, aunque antes deberían pasar por una prueba que nos dejó otra imagen inolvidable, la prueba bajo el agua (ver vídeo), mostrándonos algo que jamás había sucedido tampoco en ningúna edición de ningún reality. De repente, Rosi Arcas, una concursante que había pasado casi desapercibida durante todos estos meses, en la noche de la final no sólo obtiene un pase a la final, sino que se cuela por méritos propios, a pesar de su estado de nerviosismo, entre las dos candidatas a ganar el título. Tan sólo si echamos la vista atrás, lo más parecido que encontraremos son los hechos ocurridos en Gran Hermano 9, en el que, el que ya era ganador, Rodrigo, quitó pocas horas antes de la final el cartel del número de teléfono de Judith, la que después sería ganadora de la edición. De esta forma, Rosi se abría a ojos del público como una opción que hasta entonces no era posible.

Pero las sorpresas no iba a parar, la final de Supervivientes 2011 ha sido la más intensa que se recuerda, sin un sólo minuto de descanso en emociones durante sus más de 4 horas y media de duración. La entrevista más corta jamás hecha a una concursante, Jessica, la que se merecía por otra parte, el cabreo de una Aída que si no cayese tan mal y montase tanto teatro, la gente podría ver la cantidad de verdades que suelta por la boca, aunque ha de asumir que parte de culpa de que Sonia haya sido eliminada, se debe a ella, ya que inmediatamente, si alguien no lo tiene claro y le cae mal Aida, directamente le lleva la contraria, ley de vida.

Asistíamos minutos antes de la proclamación de la ganadora, a una de las peleas de matrimonio más duras. Rosa ya había confirmado que regresaba de la isla más fuerte, que nadie la tosería encima. Así las cosas, el primero que pagó esta actitud que más que una evolución es una involución de personalidad, fue Amador Mohedano, que sin comerlo ni beberlo, fue dejado por su mujer como un cero a la izquierda, vilipendiado por esa ganadora que dice haber vuelto renovada y libre, pero que en realidad ha vuelto prepotente y con poca paciencia para los que desde fuera tanto cariño y apoyo le han dado. ¿Reprimida antes, cansada de una vida de matrimonio con la única persona a la que ayer hizo daño en la final sin motivo?

El tiempo pondrá todo en su lugar. Está bien que cualquier persona pueda alejarse, evadirse y pensar en su futuro y en lo que le queda por vivir y hacerlo, cumplir sus sueños. Pero hay otras vidas que se han movido con nosotros y hay formas más correctas de cambiar las cosas sin hacer daño a nadie.

Nos quedan muchos realities por vivir aún, no sabemos ni ellos saben, ni productora, ni cadena, ni los que se presentan, si funcionarán o no. El éxito radica en cosas tan sencillas y a la vez tan incomprensibles que es difícil determinarlo, es imposible saber si un concursante va a dar juego hasta que contacta con el resto de concursantes, no importan las decenas de pruebas que se le hayan hecho antes con otro grupo ya que somos impredecibles. Y quizá aquí es donde reside la maravilla de estos programas y a la vez su principal punto débil.

A qué huele el cine

Huele a palomitas, siempre huele a palomitas. A pesar de los años no pierde su esencia. Todo comienza por la taquilla, esa que depende de la hora de la sesión y de la cantidad de publicidad y ese medio tan valioso que es el boca a boca, que a la película que vayas a ver se le ha otorgado. Hay grandes producciones de esas que en su día arrasaron como Jurasic Park (la peli que todos los profesores nos aconsejaron) en la que las colas eran tan grandes que había que esperar más de una hora para sacar entrada, y otras en las que entras sin complicaciones y disfrutas de una película en la compañía justa (o solo a veces).

Nada es comparable a cualquiera de las dos sensaciones. El bullicio y las ganas de la gente se contagian y la emoción del film se multiplica de forma exponencial. Por contra, una película en la casi absoluta soledad y silencio fomenta esa banda sonora y esos detalles que no pasan desapercibidos, temiendo que las luces se enciendan al final, dejando al descubierto tu lado más sensible.

El ruido seco de las pisadas sobre la tarima, las voces apagadas de los susurros de aquellos y los de más allá. Momentos de risa en grupo, una terapia que vista fuera de esas paredes no existiría ni se le daría tanta importancia. Momentos de sorpresas conjuntas y los aplausos finales como agradecimiento a toda esa gente que pasará desapercibida sobre una pantalla que sigue su ritmo mientras la sala se va quedando vacía de nuevo de ruidos secos, de susurros apagados hasta hacerse la oscuridad, preparándose de nuevo para otras personas que van buscando esas sensaciones que nunca se pierden. Sigue oliendo a palomitas.

Impermeable

La pasión se convirtió en indiferencia. Ya no hay letras de canciones susurrándose al oído, ya no hay cartas de felicitación ni de arrepentimientos pasados, ya no hay ni una pizca de aquello que nos unió. El tiempo lo ha erosionado como a las rocas en el mar y el agua de los sentimientos pasa por encima de ellas, como impermeable.

Cervezas y hamburguesas con mucho ritmo. Las canciones del verano ahora las pone la publicidad

Este verano parece que las marcas de bebidas y alimentos se han copiado las unas a las otras y están compitiendo por meterse en el bolsillo a los consumidores. Su estrategia: presentar un producto activo, lleno de energía, que se puede compartir en compañía de los amigos y que te alegra la vida. Y para conseguirlo nada menjor que meter en la campaña publicitaria una canción creada exclusivamente para la ocasión y hacer que sea tan pegadiza que te recuerde al producto en sí.

Comenzaba el camino la marca de cerveza Cruzcampo, con su ya popular cancion de norte y sur. Al principio resultaba un tanto atípica, pero a estas alturas, ¿quién no es capaz de tararear eso de «todos necesitamos un poco de sur para poder ver el norte»? Una idea muy original, una fiesta, amigos, música y un poco de vidilla y alegría para después afrontar el norte, es decir, los días duros de trabajo y problemas. El sur, esa chispa necesaria sin la cual no se puede vivir.

Anuncio Cruzcampo verano 2011

Tal ha sido el éxito que otras marcas se han sumado a esta misma estrategia que tan buenos resultados está dando. Uno de los casos más patentes los encontramos con el reciente anuncio de otra marca de cervezas (¿casualidad?) que se suma al carro con otra canción tremendamente tarareable y con un ritmo inconfundible. Se trata de San Miguel y sus «ciudadanos de un lugar llamado mundo» (uh ohh). En esta ocasión el elemento común es presentar el producto como el complemento ideal para una fiesta de amigos, pero antes de llegar a esto, la marca es fiel a su lema y el protagonista va pasando por todos los rincones del mundo en los que no falta la bebida cervecera para llegar a su destino. Tiene hasta su propio making off el spot. Mira el video abajo, porque quizá ya sea demasiado tarde para que pilles por suerte el anuncio completo.

Anuncio San Miguel verano 2011

Y no sólo las marcas cerveceras se apuntan a la fiesta. También las grandes compañías como McDonald’s han preparado para este verano un anuncio que recorre el mundo entero con un mismo mensaje bajo una canción también muy pegadiza, ofreciendo en su letra un curioso pedido de un Big Mac. En resumen, mucha gente, un mundo disfrutando de sus hamburguesas y un mensaje de alegría y buen rollo.

Anuncio McDonald’s verano 2011

Vacaciones de verano… ¡por fin!

Siete meses han pasado desde que cogí las últimas vacaciones allá por enero, antes de que todo el panorama laboral comenzase a cambiar día a día. El año comenzó con una reestructuración bastante positiva en la que ayudé pero la cual no quise aceptar, si bien una vez no aceptada, en varias ocasiones me planteé dar marcha atrás. Tampoco huibiera servido para nada, ya que meses después llegaría otro gran cambio. Un doble trabajo, dos cargos distintos en los que no cabían posibles vacaciones debido a la cantidad de cosas por hacer y por aprender. Y no cabían vacaciones no por la empresa en sí, sino por mi propio sentido del trabajo. No me gusta dejar las cosas empezadas y tener que volver a retomarlas sin haberlas aprendido a fondo.

Cuando todo iba como la seda, llegó el gran cambio de servicio, una vuelta al pasado, regresando al lugar donde todo comenzó, aunque esta vez ocupando el cargo con el que deseé entrar por primera vez. Un giro inesperado del destino que ocultaba más cambios en su interior. Un curso de aprendizaje de poco más de medio mes y aprender las nuevas tareas, de nuevo sin vacaciones. Pero los cambios no frenaron, de repente un recorte casi me deja con un pie fuera y de lo que más orgulloso me siento es de que en ese momento clave decidí ser claro, honesto y fiel a mis sentimientos atendiendo a mi situación personal. Afortunadamente todo salió bien, pero algunos compañeros no corrieron la misma suerte. Una de las peores etapas que sin embargo me hacen acostumbrarme a este inestable mundo laboral.

Ahora, siete meses más tarde, no sé lo que deparan las semanas venideras, pero por fin puedo disfrutar de la lectura de un libro o la música de mi iPod al sol, de ir de tiendas y hacer ejercicio por las mañanas y sentarme a ver alguna peli o serie después de comer, al menos en esta primera semana en la que soy el esclavo de dos pequeñas cobayas que te agradecen la comida y el agua xD

El término «telebasura» lo inventó un ser aburrido que no entiende a la sociedad

El término «telebasura» es indignante. Escucharlo ya aburre y me pregunto si lo acuñó un ser aburrido y lo más triste, no debía comprender ni comprende muy bien a la sociedad.

Hoy me venían a la cabeza los días de instituto y la escuela (los de la Universidad son otro tema), los profesores que se cruzaron en nuestro camino y lo que aprendimos y no aprendimos con ellos. Creo que todos somos conscientes de que una misma asignatura dada por dos profesores distintos con mismo temario, resulta completamente distinta. Si todo es igual y lo único que cambia es el profesor, ¿quién tiene el problema de que los alumnos aprendan o no? ¿Que los alumnos son tontos? No.

Si a un chaval le pones un libro de ciencias sin dibujos y 40,000 fórmulas y a lado le pones un juego de ciencias divertido con el que se lo va a pasar bien y además con ambas cosas sabe que va a aprender lo mismo, el chaval sin ninguna duda se decanta por aprender divirtiéndose.

Podríamos acercar un poco más esto al mundo de la televisión que es donde quiero llegar. Poniendo un claro ejemplo encontramos a dos programas del corazón. A uno de ellos «Corazón, corazón» de la cadena pública se lo trataba con mucho respeto, mientras que a programas como «Sálvame» se les tacha de basura televisiva. En el primero encontramos a una señora hablando pausada, con acento andaluz, con palabras muy bien sonantes dando paso a noticias con periodistas con el mismo estilo. Una noticia insípida que parece sacada de un telediario y que pasa sin pena ni gloria. Demasiada importancia para detallar el color de un vestido o las muestras de amor de una pareja. La vida real no es así. En el segundo encontramos exactamente la misma noticia pero acercada desde un punto de vista más absurdo. Ya en la forma de contarlo se utiliza un lenguaje más coloquial y cercano y en lugar de centrarse en colores de vestidos ni recrearse en un beso, sacan la parte divertida. ¿por qué guardar tanto respeto por personajes que están cobrando por su imagen y que se lo llevan crudo en reportajes de revistas simplemente por posar?

Si tenemos como programa cultural «Redes» en La 2, ¿por qué la gente prefiere divertirse con los experimentos locos de «El hormiguero»? Porque no entienden ni una pijotera palabra del diccionario de Punset mientras que con otros programas se lo pasan bien y además aprenden sin querer. Es más, ¿por qué hay que aprender cada vez que se ve la tele si lo manejamos como un medio para escapar del día a día y divertirnos?

Para hablar de «telebasura», por tanto, hay que tener la boca muy grande y conocer muy bien antes a la sociedad, cómo se mueve, cómo funciona. De pequeños tenemos dibujitos en los libros y aprendemos mucho. Curiosamente cuando crecemos, esos dibujos desaparecen de los libros y nuestra curva de aprendizaje con ellos también.

Parece que lo serio y educado debe ser lo correcto en la edad adulta, pero quizá estemos confundidos, quizá necesitamos ese aire de diversión y de mofa permanente y quizá por eso la audiencia lo demuestra día a día persiguiendo la diversión y desechando la seriedad (si esto no fuese así y no todos persiguiéramos el mismo objetivo, ¿qué pinta entonces un concursante de «Saber y Ganar» cantando rap como un idiota?).

La «telebasura» no existe y la gente que se refiere a ella para describir a un montón de personas, a una inmensa mayoría, que persigue un rato de diversión y de burla escapando al aburrimiento, debería hacérselo mirar muy a fondo.

Instinto

No llevamos aquí unos meses, ni años, ni siglos, llevamos viviendo milenios, viviendo nuestras vidas bajo un patrón común, unas necesidades básicas que no nos podemos saltar. Podremos practicar más o menos deporte incluso obviarlo, podemos decidir si ver la tele, escuchar música, estudiar una carrera y convertirnos en artistas. Y mientras estas decisiones se llevan a cabo no podemos olvidar que las necesidades originales siguen ahí, recordándonos lo que somos.

Que unas pequeñas partículas en nuestro cuerpo puedan conservar y arrastrar la memoria y las costumbres a lo largo de generaciones durante miles y miles de años produce algo de miedo, partículas que nos confieren la necesidad de respirar cuando salimos del vientre materno, el instinto que nos lleva a cometer acciones antes incluso de que podamos haberlas aprendido.

Festival de Eurovision 2011 con el programa oficial, la moneda conmemorativa, el doble CD y la camiseta oficial

Ver todas las imágenes en el artículo que escribí para FormulaTV.

La emoción se va apoderando de todos aquellos que han visto los últimos festivales desde que ganara Dima Bilan, como si la intensidad con que se vive cada semana festivalera nos envolviese en una magia especial. A veces me gustaría que se viviese con tanto fervor como el fútbol en nuestro país, con tanta pasión como en algunos países donde la gente se echa a la calle hacia las pantallas gigantes para revivir cada año un acontecimiento único.

No dejé de pensar qué sorpresa nos tendrían preparada para la noche del 14 de mayo, cuando hubiéramos pasado ya por esas dos semifinales donde todos teníamos a nuestros favoritos (el mío Suecia tras escuchar su interpretación) esperando los sobres finales (los físicos y los informáticos) para conocer si nuestras predicciones coincidían con las del resto de Europa. La inauguración de Eurovisión cada año es como un enorme regalo de ilusiones, una pequeña porción recogida de las galas inaugurales de los Juegos Olímpicos sin duda, pero llevado al terreno musical y utilizando al ganador del pasado año en esa escenografía. Dima Bilan llegó volando por los cielos cual Mary Poppins y Alexander Rybak bordó una actuación de lujo sin olvidarnos del espectacular Euro Flashmob que revolucionó todos nuestros sentidos y puso a todos los países europeos sincronizados con un mismo baile.

Pues para vivir esta gala del Festival de Eurovision 2011 con la pasión que se merece, nada mejor que acudir a la tienda online de la página oficial de Eurovision. Allí hay todo tipo de souvenirs a un precio razonable para atrapar y disfrutar en compañía. Puesto que era la primera vez que me lo podía permitir, decidí adquirir algunos de esos objetos que siempre había querido, comenzando por el doble CD de música conteniendo los 43 temas que se interpretarán a lo largo de la semana eurovisiva. Eso sí, se echa en falta que no incluyan por ese precio los temas instrumentales, que están disponibles por separado. A esto hay que añadir una bufanda y un Blu Ray que me enviaron posteriormente ya que no tenían disponible ni el CD ni el DVD del festival del pasado año.

El doble CD viene en una caja de plático especialmente diseñada con bordes recondeados. Los 2 CD vienen en el mismo compartimento uno sobre otro y en el folleto a color impreso encontraremos la presentación por parte del Supervisor Ejecutivo Jon Ola Sand y la duración, foto, país, intérprete, canción y derechos musicales de todos los intérpretes.

Por un pack económico uno puede hacerse con ese doble CD, la moneda oficial conmemorativa y el programa oficial del show.

La moneda oficial conmemorativa en cupronikkel de 27 gramos y 38 mm de la que sólo hay 5,000 unidades limitadas, viene contenida dentro de un receptáculo de plástico para preservarla y elegantemente presentada en una caja e insertada sobre un panel de terciopelo negro. Junto a ella viene un folleto con los 43 países participantes y un certificado de autenticidad con firma y fecha.

El tercer elemento del pack lo compone el Programa Oficial del Festival de Eurovisión 2011. Un libro de tapa dura de 124 páginas en el que encontraremos algunos secretos sobre el escenario de Düsseldorf, los presentadores del show de este año y, entre otros detalles interesantes, las biografías, letras de las canciones y fotografías de cada uno de los participantes en las semifinales y la final, además de unas hojas para que nosotros anotemos a nuestros favoritos con comentarios y puntuaciones.

Aunque por un error no pude hacerme con el programa de Oslo 2010, la tienda lo subsanará con el próximo envío del Blu-ray que aparecerá en junio con entrevistas y contenido extra además de las tres galas y una bufanda de Eurovisión con el corazón de España, pero lo que sí tengo ya entre mis manos es la camiseta oficial con el lema de este año: «Feel your heat beat!». También con el sello y etiqueta oficial, la camiseta de color morado es uno de los mejores diseños creados para este año.

Grandes rivalidades en uno de los shows más esperados, donde Dana International regresó 13 años después, el icono que supuso un antes y un después en la historia del festival y que tendría que enfrentarse a canciones muy pegadizas y a una ganadora que intentará repetir el éxito del pasado año, Lena. Junto a ellas otros que pasaron de Eurojunior a Senior y algunos que regresaron al escenario que les entregó la fama de lo que ahora son. Nunca hubo tantos antiguos participantes reunidos bajo un mismo techo para ofrecernos el mayor espectáculo musical en Europa que pudieron seguir más de 300 millones de espectadores.

El latido del corazón es la primera música que escuchamos antes de nacer, mientras aún estamos en el vientre materno. De vez en cuando, si necesitamos relajarnos, llevamos instintivamente nuestra mano a ese corazón como si su melodía pudiera calmar todos los males a nuestro alrededor. Es la música que nos hace vivir y que nos acompaña de por vida hasta el final. Millones y millones de corazones que nacen, otros que mueren en un ciclo ininterrumpido, formando una orquesta sinfónica irrepetible.

Antes de que todo termine, una mirada atrás a Harry Potter

Hace ya muchos años que el ticket de cine de la primera película de Harry Potter, la Piedra Filosofal, descansa entre la tapa y la primera página del libro. Con el tiempo ha ido perdiendo la impresión de tinta y muy pronto no será más que un pequeño papel en blanco del que tan sólo yo sabré lo que tenía impreso, pero la tinta que no se borra es la que dejó en el recuerdo.

La historia de cómo y con quién fui a ver la primera película al cine tiene su pequeña historia. Cuando había tres libros de la saga en el mercado y el cuarto se disponía a salir, me encontraba en la ciudad de Cuenca (lugar donde adquirí el primer libro entre el desconocimiento de los propios libreros), en la residencia universitaria. Allí conocí a una de las que hoy es mi amiga, Almudena y la convencí para que leyese los libros. Le dejé los dos primeros que devoró en apenas unos días sin poder parar, hasta el punto de convertirse en una de las más fieles seguidoras de Potter y consiguiendo el tercer libro en la biblioteca, ya que me era imposible desplazarme a casa para ir a por él por la enorme distancia y donde iba cada 15 días.

Cada noche al bajar al lugar de ocio, me la encontraba con la lámpara de mesilla encendida apartada a un lado sentada en el sofá y leyendo alguno de los libros. Fue en ese año cuando se anunció la llegada de la película y una semana antes de su llegada a los cines de nuestro país, ya estábamos preparando la velada. Juntos fuimos recorriendo la ciudad hasta llegar a los cines y nos hicimos con las entradas, una de esas que ahora pierde su tinta. Nos sentamos en las butacas dispuestos a dejarnos impresionar. No teníamos internet y tan sólo habíamos sido capaces de ver los rostros de los actores que darían vida a Harry Potter, Ron y Hermione Granger, pero desconocíamos el resto de sorpresas, de quiénes encarnarían a Hagrid, a la profesora McGonagall, a Severus Snape y a otros tantos personajes hoy ya una leyenda de la literatura de ficción moderna. Juntos asistimos a esas primeras veces, viendo cómo cada uno de los personajes que habíamos imaginado a nuestra manera recorriendo las páginas de los libros, cobraban vida ante nuestros ojos. Y ya nunca más pudimos imaginar a aquellos que se construyeron en nuestra mente.

Quizá, y ambos coincidimos al salir de la sala, tras reconocer que nos emocionamos y un nudo atravesó nuestra garganta en el momento Espejo de Oesed, ese es el mal mayor de lo que se ha hecho con esta saga. Aún sin haber terminado la obra literaria, se nos presentó a unos personajes que hicieron que toda la imaginación que habíamos construído en nuestra cabeza, quedase relegada al presentarnos a esos personajes de carne y hueso. Ese Harry Potter endeble y mucho más inocente como lo imaginé, desapareció al leer el cuarto libro, al leer Hermione o Ron, se me venían a la cabeza las imágenes de los actores y ya nunca más regresaron los bocetos imaginarios. Quizá un poco más de tiempo, esperando a que la obra estuviera finalizada, todo hubiera sido distinto. Quizá y como reconoce la autora, en ciertos aspectos se dejó impregnar por las películas para idear algunas escenas en posteriores libros, los cuales tienen un toque distinto a los tres primeros. Si bien siguen la línea argumental sin cortar la emoción, el elemento narrativo gana un peso importante, con descripciones mucho más detalladas que en los tres primeros libros.

Lo hecho, hecho está y como seguidor he ido viendo todas y cada una de las películas, las cuales han tenido quizá uno de los mayores elencos de directores de una saga cinematográfica. Una saga, que al igual que los libros, ha ido creciendo en la gran pantalla, volviéndose cada año más oscura, tenebrosa y complicada y que para los fans ha supuesto, a veces disgustos, a veces sorpresas, una forma de adentrarse en otros detalles adicionales a la historia verdadera y única, la contada en los libros por J. K. Rowling.

Hace unos años le dijimos adiós a los libros y ahora le toca el turno a las películas, una saga que ha llevado un ritmo trepidante y que no nos ha dado tregua en estos casi 15 años, 20 si contamos el tiempo desde que Harry Potter apareció en la cabeza de Joanna por primera vez. Después de 7 libros, de 8 películas, de obras adicionales tanto de la propia autora como de otros que quisieron hablar acerca del fenómeno Harry Potter, el futuro se escribe con los fan fics de los fans de la saga y muy pronto en Pottermore en varios idiomas, los retazos de la historia y mucho más en una aventura que seguirá viva para siempre.

Decía Joanna en su primer libro, aún cuando no tenía dinero ni para imprimir una copia original, que Harry Potter se convertiría en el mago más famoso, que todo el mundo conocería su historia y sus hechos. El niño que vivió, se va ya para siempre.

Que comience el espectáculo

El cuarto de baño y su habitación son camerino improvisado. Con cuidado desenfunda ese traje tan especial, uno que provoca risas incontroladas, ese que hace que de vez en cuando las caras de quien mira se queden desencajadas reflejando en su semblante auténtica sorpresa y asombro… y lo sabe. Por eso lo cuida como si fuese un tesoro y lo trata con mucho respeto.

Mientras se refleja contra el cristal y cambia todo su rostro, la persona que se oculta debajo de aquel nuevo cuerpo piensa en su destino, su escenario, el que no está lleno de luces de colores, ni focos que iluminan a una estrella sobre él, tampoco hay cortinas ni telones, ni sillas ni atrezzo para decorar. Su escenario está bañado por la luz de la luna, a veces la del sol, sus asientos son las calles, toda la obra está al descubierto y la decoración la pone la naturaleza urbana.

Con firme decisión, después de muchos años con la misma ilusión infinita, agarra sus pertrechos y se evade del mundo, aún sabiendo que hará disfrutar a los que le rodean, para ofrecer todo lo que sabe hacer, esta es su vida, su otra vida.

Las cosas buenas duran el tiempo suficiente para recordarlas

Un día que tiene 24 horas, un año de 365 días y toda una vida. Al final, del vagar de los años y de tantas horas, días, años de tiempo, es curioso que cuando uno echa la vista atrás lo que recuerde como momentos intensos de la vida son espacios de tiempo que no duraron más allá de unos minutos y cuando más una estación llena de momentos únicos.

Gran parte del tiempo lo empleamos como seres humanos para funciones básicas como dormir, comer, movernos. ¿Y si todo ese tiempo pudiera ser recordado con la misma intensidad? Quizá entonces desaparecería esa sensación de nostalgia, esa sensación de haber sido feliz en alguna vez y ya nada sería lo mismo. Porque cuando miramos atrás y recordamos esos minutos intensos que tanta felicidad nos trajeron, se dibuja una sonrisa y el corazón se crece desbordándonos hasta el punto de que nuestro cuerpo reacciona llorando o riendo y haciéndonos ver que la vida en sí se concentra en pequeños momentos, que las cosas buenas duran el tiempo suficiente para recordarlas.

El «hija de puta» más rentable de la historia, pero Aida se queda en Supervivientes 2011

10 años después en la historia de Supervivientes, atrás quedan aquellas ediciones de anónimos sosas y pregrabadas, atrás quedan las ediciones de famosos y mixtas de A3 en su nueva fase, el concurso necesitaba un relanzamiento que acabase con el decaimientos que todos los realities de la televisión estaban sufriendo, incluído el padre de todos, GH.

Seguramente muchos como yo pensaban que no verían esta edición por ser siempre lo mismo, pero reconocedme que muchos nos quedamos ya enganchados con esa pareja en la que nunca confiamos. ¿Qué hacían juntos JJ y una profesional como Raquel Sánchez Silva? Lo comprenderíamos al ver la magia de los dos en conjunto. Por mucho que no a todo el mundo le caiga en gracia, JJ Vazquez ha sabido dar un toque muy positivo de humor al programa que lo hace diferente, mientras que Raquel Sanchez Silva no es la típica mojigata que se queda como un pino plantada y hablando (¿os imaginais a la sosa del año pasado zambulléndose en el agua?). Este conjunto unido al magnífico elenco de concursantes (a excepción de esas dos mesas camillas llamadas Rosi y Jessi, las típicas que sin hacer nada llegan a la final), han hecho de esta edición la más vista de su historia por el momento.

Y 10 años después ayer el concurso alcanzó su cénit, con una audiencia del 32,7% y más de 4 millones de espectadores a estas alturas de la vida donde llegar a esa cifra es casi inconcebible si no te llamas «futbol», convirtiéndose en la gala más vista de la historia del reality.

No hubo un minuto de descanso. Conexiones con Aída, la polémica de su conversación con Rosa, el encuentro entre Rosa y Amador que fue uno de los momentos más divertidos de esta edición por el revolcón en la arena con tiento de caída al agua, las pruebas de recompensa y líder, la convivencia semanal en la isla, todos (excepto las dos muebles) con una historia digna de atraer la atención del espectador.

Pero sin duda uno de los momentos más polémicos se produjo tras la emisión de las imágenes de la conversación entre Rosa y Aída en el «infierno». Se acusó a Aída de haber sacado la conversación, cuando no es la realidad, sino que fue Rosa quien la inició. Cierto es que Aída en ciertos aspectos resultó un poco macabra, sin embargo fue mucho más suave, como ella misma alegó a JJ posteriormente, que la cantidad de basura que los colaboradores de «Sálvame» escupieron por la boca para dañar a la familia de Ortega Cano acusándolo de ir borracho aún sin pruebas.

¿Por qué JJ Vazquez tomó la actitud de recriminar las palabras de Aída y la llegó a insultar cuando de su programa diario han salido críticas mucho más dañinas y en un momento aún más crítico que sí afectaron a la familia de Ortega Cano? ¿Por qué tanto revuelo cuando la principal «afectada» no se dio cuenta?

Todos los que somos expertos en realities, hemos visto a lo largo de su historia que cuando un familiar de un concursante se ha puesto enfermo, inkmediatamente se les ha avisado por parte de las familias. Si Amador y la familia no han querido decírselo a Rosa para no preocuparla o para conseguir el premio final que es muy exquisito (porque cualquiera puede pensar libremente los motivos que quiera), ¿por qué ha de preocuparse Aída por lo que debería haberse preocupado su familia? Hasta Chayo Mohedano se echa a reir cuando Aída suelta por su boca cosas de Ortega Cano que sinceramente, a mí también me hicieron gracia, llamémoslo humor negro o como se quiera decir, pero graciosa fue y no fue para tanto.

No diré que todo lo que JJ ganó en la entrevista a Isabel Pantoja lo perdió ayer, porque no es cierto, hay algo que impide tacharlo de malo o bueno y es lo que le hace un gran comunicador, que no profesional, pero sí estuvieron más acertadas, dentro de su locura, la madre de Aída y la susodicha que en ningún momento faltaron al respeto. Si bien quizá a veces callarse o reprimir no es sinónimo de ser decente.

Si tan mala es Aída, si tanto daño ha hecho, ¿por qué no fue expulsada si tuvieron la oportunidad ya que había contado información del exterior según ellos? Porque ni contó información y porque Aída en estos momentos es un filón de audiencia y hay que aprovecharlo.

Parece que últimamente está muy de moda en la televisión meter a personajes socialmente inaceptables como si fuesen cobayas, reirse de ellos y aprovecharse de sus ganas de vivir la experiencia o lo que quiera que vayan a buscar, hacerle llegar a la audiencia el mensaje de que esto está socielmente mal y después lavarse las manos y seguir pagando y seguir haciendo caja valiéndose de estas personas.

Nunca un «hija de puta» fue tan rentable.

Playa soledad

Sus tierras rara vez son pisadas por huellas humanas y las pocas veces que lo hacen, utiliza el mar como escoba para hacer como que nada ha pasado, ocultando todo rastro y sumergiéndolo en las profundidades. Ve pasar un cielo tranquilo la mayoría de las veces, si bien no se libra de las tormentas de verano.

Se llama playa soledad y sus granos de arena han sido presa de hombres y mujeres, que entre sus manos los apretaban y los lanzaban hacia un punto inconcreto. Oculta entre sus secretos palabras inconfesables de aquellos que sufrieron, pensamientos, casi obras novelescas de esos otros que fueron  en busca de ideas, de una inspiración que sólo la visión del infinito horizonte podía ofrecerles.

La voz de Juanjo Cardenal «El invisible», tiene sustituto

«Saber y Ganar» es uno de esos concursos de vida, vamos, de toda la vida, de esos que cuando uno llegaba del instituto y después de comer, se sentaba a ver cómodamente. La voz de Juanjo Cardenal, apodado «el invisible» porque siempre se ha visto su voz y nunca su cuerpo, algo que quedó al descubierto en el 10º aniversario del concurso hace ya algunos años, ha sido siempre un referente desde los tiempos de «Si lo sé no vengo» y a uno le cuesta imaginarse el concurso sin su presencia.

Estos días (hablando en presente de emisión, auqnue los programas que se graban y los que se emiten se llevan algo más de un mes de diferencia) esa voz ha tenido sustituto debido a una enfermedad del locutor y su nombre es Jordi Royo, locutor y doblador de cine profesional entre cuyas interpretaciones se encuentra una de las más recordadas por todos, aunque quizá nunca nos preguntamos quién era, el gato Silvestre. Así suena su voz, quizá un poco menos cálida y más distante que la de Juanjo, pero le da un toque cultural y serio que no desentona para nada.

Grandes esperanzas

Nuestras vidas no son como un reality, donde más de cuarenta cámaras graban todos nuestros movimientos y donde otras cuarenta graban los movimientos del mundo que nos rodea, el que habla de nosotros, el que se mueve con nosotros y hace que seamos quienes somos. No podemos, es imposible controlar y ver todo lo que sucede a nuestro alrededor, una crítica, un halago, a veces llega hasta nuestros oídos y otras veces se pierde sin poder controlarlo.

Nos enfocamos hacia lo que sentimos, hacia esa cosa en concreto que se pone en nuestro punto de mira, tenemos un objetivo y todo lo que se escape a nuestra vista es como si no existiese. Pero eso que parece no existir, tiene vida, una vida como la nuestra, se mueve a su propio ritmo y en cualquier momento interrumpe dándonos una bofetada en la cara, situándose enfrente de nosotros y diciendo «eh, estoy aquí». Y como nos hemos perdido su existencia por estar concentrados en otro objetivo, el asalto nos parece fuera de lugar y toda una sorpresa inesperada.

Querer a alguien es una de esas cosas que nos hace perder la cabeza. Quién no se ha quedado horas mirando a esa persona que tanto le gusta, intentando buscar la manera de dar cada día un paso más hacia adelante para estar cerca de ella. El mundo alrededor en esos momentos no existe, pero se sigue moviendo, a su ritmo. Y a su ritmo mientras nosotros hacemos eso, otros hacen lo mismo y quizá nosotros seamos el objetivo, esa persona que hace perder la cabeza, pero no somos conscientes porque tenemos el nuestro propio.

Y de repente un día, quizá viendo «Grandes Esperanzas», esa persona que considerabas amiga y que siempre estaba a tu lado, a la que contabas tus deseos, intimidades y penas y alegrías, destroza todo tu universo y le da un vuelco, se pone frente a ti y te dice «me gustas». Yo, concentrado en mi propio mundo, pensando que la realidad era la que mi cabeza había imaginado, pero no… nuestra vida no es un reality que se grabe minuto a minuto, no vivimos solos con nuestros objetivos, millones de personas se cruzan cada día, millones de objetivos y deseos como los nuestros, imposibles de discernir, hasta que de repente un día te pegan una bofetada y te susurran al oído si deseas continuar tu camino o tomar otro sendero.

Lost

Ya no está ahí tu precioso pelo rojizo que siempre acariciaba, día tarde y noche, ni tu morro sobre mis piernas pidiendo salir a la calle o un trozo de comida. Se perdieron aquellos lugares convertidos en una fotografía distinta. Ya no están esas monedas de domingo, ni las cenas de nochebuena y ese beso de despedida. No hacen eco ya las risas de cuando éramos pequeños. Ya no escucho tu voz.

Por todo aquello que hemos perdido.

El día en que nació

Era de noche de sábado, un día 3 de julio, casi saliendo de la madrugada pero todo oscuro ahí fuera. De camino al trabajo, dos tormentas, una la que me pilló varios minutos antes de llegar con truenos y relámpagos y otra que se libraba en Madrid en casa de mi hermana, donde el parto era inminente. Dos caminos complicados para una misma noche.

Una mañana de trabajo relativamente tranquila, de repente, a eso de las 11:30 el cielo se despejó y por las ventanas entraron los primers rayos de luz. Entonces no lo sabía, pero Sofía estaba naciendo justo en ese preciso instante. Dos mundos paralelos dentro del mismo universo donde uno le comunica al otro un mensaje ininteligible hasta que todo encaja.