De dónde vienen esos vientos de música

Sólo los que me conocen muy muy bien pueden entender que esta canción en su propia voz después de tanto tiempo suponga un momento muy especial. Cuando todo terminó temí no volver a escuchar la magia, pero afortunadamente el Universo infinito con cada uno de sus hilos volvió a moverse a favor del viento trayendo de nuevo la melodía.

El reloj de mi ordenador marca el año 2014… parece que haya pasado apenas un ratito cuando, jugando de pequeño, soñaba con el año 92 y las olimpiadas que parecía no llegar nunca. Ahora el tiempo pasa tan rápidamente que no me doy ni cuenta, con metas definidas pero inciertas. A veces creo saber de dónde vienen esos vientos de música, pero es todo una ilusión. Esos vientos vienen de alguna parte, van a ningún lugar y entre medias se pierden en el vacío. Esos vientos son una chispa de magia que de repente se encienden en mi cabeza.

La luz de un semáforo

semaforo

Iba absorto por la calle en mis pensamientos, a veces me dicen que voy serio, otras me llaman la atención porque no he visto a alguien conocido. La gente espera que estés con los cinco sentidos al salir fuera y que te des cuenta de todo, pero yo no me paro a mirar cada cara con la que me cruzo.

Fue al pulsar un semáforo, uno de esos momentos en que el tiempo parece detenerse, todo se vuelve más lento y te da tiempo a pensar y reflexionar como si fuesen minutos. Estaba yo solo en aquel paso de cebra, cruzando mientras los coches estaban detenidos a uno y otro lado, sobre esa pasarela intermitente de negro y blanco.

Al pulsar el semáforo quizá había cambiado el curso de la historia de todos aquellos que estaban esperando. Quizá había evitado un accidente o creado uno nuevo en algún otro lugar, quizá había evitado que alguien se conociese al cruzarse casualmente por la calle, o quizá había propiciado ese encuentro… todo en apenas unos segundos.

La vida no deja de ser un constante botón de un semáforo, en la que cualquier pequeña decisión de un desconocido puede cambiar nuestra vida, llena de causas inevitables. Puede ser un choque con otra persona y un cuaderno que cae mientras nos ayuda a recogerlo porque alguien pulsó el botón antes de tiempo y tuviésemos prisa, puede ser ese mensaje que recibimos en el móvil, que nos hace detenernos y cuando alzamos la vista vemos a la persona con la que compartiremos el resto de nuestra vida.

Una cadena de sucesos que conduce mágicamente a otros y que puede ser tan tremendamente trágica como deliciosamente maravillosa.