Naruto, tributo de fans

naruto

Naruto simboliza la batalla del bien contra el mal. No es consciente de que en su interior se aloja la maldad personificada, pero, ¿cómo actuaríamos cada uno de nosotros de saber semejante verdad? Un peso enorme que sólo se puede combatir a base de corazón.

Muchos son los fans de Naruto que dedican un tiempo para hacer los mejores montajes y darlos a conocer en la red. Con más de 250 episodios a sus espaldas bien merece un tributo.

Tributo de shinnie04

Tributo de BlueFoxXT

Tributo de RogueBH

Tributo de drummerjdm

«My heart will go on» de Celin Dion, diez años bajo las aguas

 alas

Entre mi colección de videos hay uno llamado Titanic, cuando el video estaba en sus últimos grandes coletazos ante la llegada del DVD, con sonido THX incluído, en versión para coleccionista.

Cuando quise ir a ver esta película ya sabía el final, pero ello no impidió que me emocionase con la escena y con otras, como esas dos personas abrazadas en la cama esperando el destino final, o aquellos arrastrados por el agua, por el miedo a perderlo todo, a perder la vida.

Nos aferramos a ella con garras cuando la vemos peligrar más que nunca. No tenemos miedo a la muerte, tenemos miedo a perder nuestra vida.

«My heart will go on» de Celine Dion 

 titanic

Llevar la iglesia a otro lugar

No, no se trata de predicadores cambiando de lugar llevando con ellos sus doctrinas, se trata de llevar, literalmente hablando, la iglesia a otro lugar, el edificio en sí vamos.

No sólo las iglesias son llevadas a otros lugares, sino edificios, casas y monumentos dependiendo de dónde se necesiten o por cambios que harán de su nueva localización un sitio donde conservalrlas mejor.

Heuersdorf Germany Church

Iglesia trasladada de Heuersdorf a Borna, Alemania 

«La Invasión» con Nicole Kidman y Daniel Craig

«No creas en nadie. No sientas. No duermas.»

la invasion

Nuestro mundo sufre una invasión. Siempre me ha gustado esta premisa. Esta vez la situación se lleva hasta el límite, poco a poco la humanidad es dominada instalándose en los cuerpos y la protagonista debe luchar para defender la vida que conocemos. Debe estar interesante ya no el argumento que promete, sino el final, ¿cómo acabaría una peli donde la humanidad ya ha sido contagiada y sólo unas pocas personas sobreviven? Aunque sea un remake de la peli antigua no me acuerdo. Desactivo comentarios, por supuesto 😛

Han sido muchas las películas y series que se han basado en el argumento extraterrestre invasor, desde Men in Black, más desenfadada, hasta series como Invasión de escaso éxito, pasando por El Pueblo de los Malditos, aquellos niños de ojos azules que ponian la voluntad en la gente del pueblo para hacer lo que ellos querían. No puedo olvidarme tampoco de la película Vecinos Perfectos, muy parecida a la anterior pero con un giro argumental que la hace diferente y que me encantó.

Trailer «La Invasión»

la invasion

«El significado de la noche», Michael Cox, fragmentos

el significado de la noche portada

1

 

EXORDIUM

Después de matar al pelirrojo, fui a comer ostras a Quinn’s.
Había sido sorprendente, casi absurdamente fácil. Lo había
seguido a una cierta distancia, tras observarlo primeramente en
Threadneedle Street. No puedo decir por qué decidí que fuese él,
y no cualquiera de los otros en quienes mi vigilante ojo se había
posado aquella noche. Llevaba caminando por la vecindad una
hora o poco más con un único propósito: encontrar a alguien a
quien matar. Entonces lo vi, delante de la entrada del banco, entre
un grupo de peatones que esperaban a que el guardia hiciese
su trabajo para cruzar. No sé por qué, pero parecía destacar entre
la multitud de empleados vestidos de idéntica manera que salían
del edificio. Miraba la escena a su alrededor, como si estuviese
rumiando algo en su mente. Por un momento creí que
estaba a punto de volver sobre sus pasos; en cambio, se calzó los
guantes, se apartó del cruce y se alejó a paso enérgico. Segundos
más tarde comencé a seguirlo.
Caminamos con paso seguro hacia el oeste a través de la niebla
cada vez más espesa y el crudo frío otoñal. Al final entró en una
callejuela que, en realidad, era un atajo para llegar al Strand,
apenas más ancha que un pasaje y flanqueada a ambos lados por
altos muros sin ventanas. Eché una ojeada a la descolorida placa que
decía «Cain Court» y después me retrasé para asegurarme
de que la callejuela estaba desierta.
Mi víctima continuó su camino sin sospechar nada; pero antes de que
pudiese alcanzar los escalones al otro lado del callejón,
yo ya me había acercado silenciosamente y le había clavado
hasta el mango la hoja de mi puñal en el cuello.
Había esperado que se desplomara hacia delante por la fuerza
del golpe pero, curiosamente, cayó de rodillas con un suave
gemido, los brazos a los costados y, al tiempo que se oía el eco
del bastón al caer al suelo, permaneció en esa posición durante
unos segundos, como un fiel devoto delante de un altar.
En el momento de sacar la hoja, me moví un poco hacia delante.
Fue entonces cuando vi por primera vez que sus cabellos,
allí donde asomaban por debajo del sombrero, eran, como su
bien recortada barba, de color rojizo. Durante un instante fugaz,
antes de que cayese suavemente de lado, me miró; no sólo me
miró, sino que –lo juro– sonrió, aunque, a decir verdad, supongo
que fue la consecuencia de algún espasmo involuntario provocado
al retirar el puñal.
Iluminado por un angosto rayo de débil luz amarilla proveniente
de la farola de gas en lo alto de la escalera, yacía en un
charco de sangre oscura cada vez más grande que contrastaba
curiosamente con el tono zanahoria del cabello y la barba. No
había duda alguna de que estaba muerto.
Por un momento miré en derredor. ¿Un sonido, quizá, en algún
lugar a mi espalda en los oscuros recesos de la callejuela?
¿Alguien me había observado? No; todo estaba tranquilo. Arrojé
el puñal por una rejilla, junto con los guantes –un par viejo, sin
la etiqueta de la tienda–, y con paso seguro bajé la tenebrosa escalera
para perderme en el anónimo bullicio del Strand.
Ahora sabía que podía hacerlo, pero eso no me produjo ningún
placer. El pobre hombre no me había hecho ningún daño. Había
sido más bien una jugarreta del destino, y el color de sus
cabellos, ahora lo comprendo, había resultado ser un fatídico
reclamo. Aquella noche su camino, que desafortunadamente había
coincidido con el mío en Threadneedle Street, lo había convertido
en el inconsciente objeto de mi irrevocable intención de matar a alguien;
de no haber sido él, habría sido cualquier otro.
Hasta el preciso momento en que asesté el golpe no supe con
certeza que fuese capaz de cometer un acto tan terrible, y resultaba
del todo necesario aclarar ese tema más allá de cualquier
duda. Despachar al hombre pelirrojo se podía considerar como
un ensayo, o un experimento, para demostrarme a mí mismo
que podía acabar con otra vida humana y escapar de las consecuencias.
La siguiente vez que levantase la mano llevado por la
furia debería hacerlo con la misma rapidez y firme determinación,
pero entonces mi acción estaría dirigida no a un extraño
sino al hombre a quien llamo mi enemigo.
Cuando eso suceda no debo fracasar.
La primera vez que oí a alguien describirme utilizó la palabra
«ingenioso».
Se la dijo Tom Grexby, mi viejo y querido maestro, a mi madre.
Estaban debajo del viejo castaño que daba sombra al pequeño
sendero que conducía a nuestra casa. Yo me encontraba fuera
de su vista, cómodamente instalado en una cuna de ramas a
modo de atalaya. Desde allí veía el mar por encima del acantilado
y soñaba durante horas con el día en que navegaría para descubrir
qué había más allá del inmenso arco del horizonte.
Aquel día –cálido, quieto y silencioso– vi a mi madre caminando
por el sendero hacia la verja, con una pequeña sombrilla
de encaje apoyada en el hombro. Tom subía agitado por la ladera
desde la iglesia cuando ella llegó a la verja. No hacía mucho
que yo era su alumno, y supuse que mi madre lo había visto
desde la casa y había salido expresamente para hablar con él
de mis progresos.
«Es un chico muy ingenioso», lo oí decir en respuesta a su
pregunta.
Más tarde pregunté a mi madre qué significaba «ingenioso».
–Significa que sabes cómo hacer las cosas –respondió ella, y
me complació que aquello fuera una cualidad aprobada en el
mundo de los adultos.
–¿Papá era ingenioso?
No me contestó, sino que me dijo que me fuese a jugar, porque
ella debía volver a su trabajo.
Cuando era muy pequeño, mi madre me decía a menudo,
amable pero con firmeza, que me «fuese a jugar», de modo que
pasé muchas horas entreteniéndome. En verano, soñaba entre
las ramas del castaño o, en compañía de Beth, nuestra criada
para todo, recorría la costa al pie del acantilado. En invierno,
envuelto en una vieja manta a cuadros, y sentado en el poyo de
la ventana de mi dormitorio, soñaba con las lecturas de Wonders
of the Little World de Wanley, Los viajes de Gulliver o El
progreso del peregrino (por el que sentí un aprecio y una fascinación
poco habituales) hasta que me dolía la cabeza, con la mirada
puesta más allá de las melancólicas aguas, sin dejar de preguntarme
cuánto más allá del horizonte y en qué dirección se
encontraba el país de los houyhnhnms, o la Ciudad de la Destrucción,
y si sería posible embarcar en un paquebote en Weymouth
para ir a verlos en persona. Por qué la Ciudad de la Destrucción
me parecía un lugar tan tentador es algo que no consigo
imaginar, ya que me aterrorizaba la premonición cristiana de
que aquel sitio estaba a punto de ser consumido por el fuego celestial,
y a menudo imaginaba que la misma suerte se abatiría sobre
nuestro pequeño pueblo. También me sentí acosado durante
la infancia, aunque de nuevo no puedo decir la razón, por las palabras
del peregrino al evangelista: «Estoy condenado a morir y,
después, a presentarme al juicio, y encuentro que no estoy dispuesto
a hacer lo primero ni soy capaz de hacer lo segundo». Por intrigantes
que fuesen, sabía que aquellas palabras expresaban una
terrible verdad, y me las repetía a mí mismo una y otra vez, como
si fueran un conjuro, mientras yacía en mi cuna de ramas, en mi ca-
ma o mientras paseaba por la ventosa costa al pie del acantilado.
También soñaba con otro lugar, asimismo fantástico e inalcanzable,
que, sin embargo –extrañamente–, tenía la claridad de
algo experimentado y recordado, como un sabor que permanece
en los labios. Me encontraba delante de un gran edificio, en
parte castillo y en parte palacio, que me parecía el hogar de alguna
antigua raza, erizado con ornamentados capiteles, torrecillas
almenadas y maravillosas torres grises coronadas con curiosas
estructuras que parecían cúpulas elevándose hacia el cielo,
tan altas que parecían perforar la mismísima bóveda celeste. En
mis sueños siempre era verano; un verano perfecto e interminable,
y había pájaros blancos y un gran estanque de aguas oscuras
rodeado por un muro muy alto. Aquel lugar mágico no tenía
nombre, ni ubicación –ni real ni imaginaria. No lo había
encontrado descrito en ningún libro, ni en los relatos que me narraban.
Quién vivía allí –si algún rey o califa– yo tampoco lo sabía.
No obstante, estaba seguro de que existía en algún lugar de
la tierra, y que algún día lo vería con mis propios ojos.
Mi madre trabajaba constantemente, ya que, como mi padre
había muerto antes de que yo naciera, sus esfuerzos literarios
eran nuestro único medio de vida. Siempre que la recuerdo, la
imagen que acude a mi mente es la de ella inclinada sobre la gran
mesa cuadrada que se encontraba frente a la ventana de la sala,
con diversos mechones de pelo oscuro canoso asomando por
debajo de su gorro y cayendo sobre sus mejillas. Allí permanecía
sentada durante horas, a veces hasta bien entrada la noche,
dedicada a escribir frenéticamente. Tan pronto como acababa
una tambaleante pila de hojas y la enviaba al editor, de inmediato
comenzaba con una hoja nueva. Sus obras (la primera fue
Edith, or the Last of the Fitzalans, en 1826) ya nadie las recuerda
–sería desleal a su memoria si dijese merecidamente–, pero
durante unos años estuvieron de moda. Por lo menos encontraron
los suficientes lectores como para que el señor Colburn
continuase aceptando sus producciones (la mayoría publicadas
anónimamente o algunas veces con su nom de plume: «Una
dama del oeste») un año tras otro hasta su muerte.
Sin embargo, a pesar de que trabajaba tanto y con tanto esfuerzo,
siempre encontraba un hueco para estar conmigo durante un
rato, antes de dormirme. Sentada a los pies de mi cama, con una
sonrisa de cansancio en su dulce rostro de elfo, me escuchaba
mientras yo le leía con solemnidad algunos fragmentos favoritos
de mi preciosa traducción de Las mil y una noches hecha por monsieur
Galland*; o me contaba pequeños cuentos de su intervención,
o quizá recapitulaba memorias de su propia infancia en West
Country, que a mí me encantaba escuchar. Algunas veces, en los
atardeceres de verano, caminábamos cogidos de la mano hasta el
borde del acantilado para contemplar la puesta de sol; luego permanecíamos
juntos en silencio, y escuchábamos los chillidos de las
gaviotas y el suave murmullo de las olas, y mirábamos más allá de
las resplandecientes aguas al misterioso y lejano horizonte.
–Allí está Francia, Eddie –recuerdo que me dijo una vez–. Es
un país grande y hermoso.
–¿Los houyhnhnms viven allí, mamá?
Ella se rió.
–No, cariño. Sólo personas, como tú y yo.
–¿Has estado en Francia alguna vez? –fue mi siguiente pregunta.
–Estuve allí una vez –respondió, y exhaló un suspiro–. Y nunca
volveré de nuevo.
Cuando la miré, vi para mi asombro que lloraba, algo que
nunca antes le había visto hacer; pero enseguida se puso a batir
palmas y, al tiempo que decía que era hora de ir a la cama, me
llevó de vuelta a casa. Al pie de la escalera, me dio un beso y dijo
que yo siempre sería su chico. Después se volvió, y desde el primer
peldaño la observé mientras se dirigía a la sala, se sentaba
a la mesa y mojaba la pluma en el tintero otra vez más.
El recuerdo de aquel atardecer se reavivó muchos años más tarde
y, desde entonces, siempre se ha mantenido vivo. Lo recordaba
ahora, mientras fumaba tranquilamente mi puro en Quinn’s y reflexionaba
sobre la extraña relación de las cosas; en los delgados
pero irrompibles hilos de la causalidad que vincularon –porque
vincularon de verdad– la imagen de mi madre trabajando en sus escritos
durante todos aquellos años con el hombre pelirrojo que
ahora yacía muerto a no más de ochocientos metros en Cain Court.
A medida que caminaba hacia el río, me iba embriagando el
pensamiento de que no me habían descubierto. Pero entonces,
mientras le pagaba mi medio penique al encargado del peaje en
el puente de Waterloo, advertí que me temblaban las manos y
que, a pesar de mi reciente refrigerio en Quinn’s, tenía la boca
seca como la yesca. Sentí un súbito mareo y me apoyé en el parapeto
durante un segundo, junto a una farola de gas. La espesa
niebla se extendía sobre la negra superficie del agua, que chapoteaba
contra los pilares de los grandes arcos, y su sonido era
como una música muy triste. Luego, de entre las volutas de niebla,
apareció una joven delgada con un bebé. Se detuvo durante
unos segundos, con la mirada perdida en la oscuridad. Vi claramente
el más absoluto desamparo en su rostro, y al momento intuí
que se disponía a saltar; pero cuando me quise acercar a ella,
me miró con desesperación, apretó al bebé muy fuerte contra su
pecho y echó a correr. Me quedé parado, viendo cómo su pobre
y fantasmal figura se fundía de nuevo en la niebla. Una vida
salvada, aunque sólo fuese por un tiempo, pensé; algo, quizá,
que compensaba lo que había hecho aquella noche.

Everest: Soy más alto que ninguno

El Everest debe sentirse el alumno más alto de su escuela, mientras el resto sólo ven a los de su mismo tipo él puede verlos a todos y un poco más allá. Es como un Dios que controla a todos los de su tipo en la Tierra.

everest

A sus pies veo a un gigante de espaldas, dispuesto a aplastar en silencio todo lo que se le interponga.

everest

El viento barre de cara la nieve que tenía acumulada en mi otra mitad, dejando un velo blanco de celebración.

everest

Todos los demás se rendirán ante mis pies.

everest

Las nubes me acompañarán en mi viaje eterno.

everest

Puedo ser cielo e infierno, aquellos que osen subir deberán prepararse en cuerpo y mente.

everest

Soy hermano de montañas y volcanes, por eso me parezco tanto.

everest

Una vez alguien me mire, jamás podrá olvidarse de mi.

everest

Soy más alto que ninguno, la mayor verdad sobre la Tierra.

«Todo irá bien» de Chenoa

Te conozco y sé de ti. Me conoces y sabes que lo sé. Ha pasado ya mucho tiempo para sentirme en la libertad de decirte que aunque tu vida sea un mar de dudas y tropiezos, en la vida todo te irá bien.

ser feliz

LETRA

Tengo razones para entenderte
tengo maneras de darte suerte
tengo mil formas de decir que sé
que todo ira bien.

Tengo razones para entenderte
tengo la buena suerte
tengo historias para comprender
que todo te ira bien,todo ira bien.

 

Pensar,oh si,tachar un no,sera mejor.
Y riete de lo peor,sera mejor
por que pensar que todo va mal,te alejara de la felicidad.

 

Asi que…
Tengo razones para entenderte
tengo maneras de darte suerte
tengo mil formas de decir que sé
que todo ira bien.

 

Tengo razones para entenderte
tengo la buena suerte
tengo historias para comprender
que todo te ira bien,todo ira bien.

 

Mira en ti,lo bueno que hay es especial
no olvides que tu vales mas,que el que diran.

 

Asi que…
Tengo razones para entenderte
tengo maneras de darte suerte
tengo mil formas de decir que sé
que todo ira bien.

 

Tengo razones para entenderte
tengo la buena suerte
tengo historias para comprender
que todo te ira bien,todo ira bien.

 

Se cierran puertas,otras se abren.
Esta en tu mano,decidete.

 

Tengo razones para entenderte
tengo maneras de darte suerte
tengo mil formas de decir que sé
que todo ira bien.

 

Tengo razones para entenderte
tengo la buena suerte
tengo historias para comprender
que todo te ira bien,todo ira bien.

 

Nanananananananananana.

 

Qué todo ira bien,todo ira bien.
Qué todo ira bien,todo ira bien.

 

Todo ira bien.

«Acompáñame a estar solo» de Ricardo Arjona

soledad

Acompáñame a esta soledad. Acompáñame a pensar juntos, andando por la oscuridad de nuestras palabras sin pronunciarlas, a sentir sin tocarnos, a cantar sin melodía, a saber que nos queremos sin conocernos.

 

Ricardo Arjona «Acompáñame a estar solo» 

LETRA

Acompáñame a estar solo
A purgarme los fantasmas
A meternos en la cama sin tocarnos
Acompáñame al misterio
De no hacernos compañía
A dormir sin pretender que pase nada
Acompáñame a estar solo
Acompáñame al silencio
De charlar sin las palabras
A saber que estás ahí y yo a tu lado
Acompáñame a lo absurdo de abrazarnos sin contacto
Tú en tu sitio yo en el mío
Como un ángel de la guarda
Acompáñame a estar solo
Coro
Acompáñame
A decir sin las palabras
Lo bendito que es tenerte y serte infiel solo con esta soledad
Acompáñame
A quererte sin decirlo
A tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz
A pensar en mí para vivir por ti
Acompáñame a estar solo
Acompáñame a estar solo
Para calibrar mis miedos
Para envenenar de a poco mis recuerdos
Para quererme un poquito
Y así quererte como quiero
Para desintoxicarme del pasado
Acompáñame a estar solo
(coro)
Y si se apagan las luces
Y si se enciende el infierno
Y si me siento perdido
Se que tú estarás conmigo
Con un beso de rescate
Acompáñame a estar solo
(coro)

 

El Gato Encerrado entra por primera vez en la casa de Gran Hermano

Sí, no se ha podido resistir, después de 9 ediciones y al ser esta tan especial por la suma de sus números, ha decidido darse un garbeo por la habitación de las gemelas. No sabemos si su intención era «matar» a una de ellas con el tablero que dejó caer, aunque después lo vemos parándose frente a Oliver, como echandole una extraña maldición.  Ya nos lo aclarará. En cualquier caso es maravilloso lo que se puede ver con cámaras en la noche. Me recuerda a La Noche de Brujas y por eso de que Halloween está tan cerca.

Un gato se cuela en la casa de GH 

Camada de cachorros de Setter Irlandés

El mío salió de una camada de nada más y nada menos que 11 cachorros, todo un record. El pelaje que tienen en ese momento es suave y rojizo/dorado manteniendose así durante gran parte de su juventud. Tan sólo cuando se hacen mayores comienza a asperarse el pelo en la parte de las patas y el lomo, pero se mantiene totalmente suave en las orejas, partes laterales del cuerpo y cabeza.

Ver su comportamiento en la camada no tiene desperdicio 😛

Tengo el corazón de mudanza

Hola Yoko:

Hoy hubiese sido tu 14 cumpleaños. Hoy tengo el corazón de mudanza. Es como si una vez más el tiempo se llevase de mi corazón unas cuantas cajas y yo le dijese «no te lleves esto». El tiempo se ha llevado tu cacharro de la comida, los pequeños pelos que aún quedaban en prendas de mi ropa del invierno pasado, los paseos por la calle a cualquier hora. Pero le he dicho que me deje tu correa y tu manta preferida, con la que sonrío cada noche antes de irme a dormir.

El Meridiano de Greenwich

Nos hemos pasado toda la vida hablando de él. Cuando éramos demasiado pequeños nos sonaba a sandwich, en el colegio hemos tenido que aprenderlo para saber en qué zona y en qué hora viven el resto de culturas. Ahora lo vemos en configuraciones horarias o mapas, marcando una linea divisoria imaginaria. Ya es hora de verlo con nuestros propios ojos.

meridiano de greenwich

Jason Lewis dirige este barco amarillo a pedales que sitúa en nuestra linea imaginaria del tiempo y del espacio tras completar su vuelta al mundo después de 13 largos años. Empezó su aventura en 1994 y ha recorrido más de 74,000 kilometros a lo largo del planeta en diferentes vehículos: bicicleta, barco, kayak… Nada mejor que finalizar este viaje tan largo en el punto donde todo comenzó, el Meridiano de Greenwich.

Nuestras invenciones son a menudo el fiel reflejo de la vida que vivimos, mientras de un lado cuanto más nos alejamos de lo que queremos, más lo echamos de menos, cuanto más nos acercamos sentimos la emoción de tenerlo cerca. Pero cuando el punto de encuentro es etéreo y no se puede ver con los ojos, sólo queda imaginar.

El Coyote y el Correcaminos en «Tanta prisa para nada»

 coyote y correcaminos

Es tarde de sábado y apetece ver dibujos animados. Me he estado acordando de los divertidos momentos de merienda viendo el Correcaminos y la desesperada lucha del Coyote consigo mismo y las circustancias para poder atraparlo. Al final lo consiguió, pero ¿qué ocurrió entonces?

La emoción de la serie radicaba en ver si conseguía atraparlo, pero tras unos cuantos episodios sabíamos que esto nunca iba a ser posible y simplemente disfrutábamos viendo las peripecias del Correcaminos para huir de situaciones límite y de las tonterías del Coyote. A pesar de eso siempre quedaba un pequeño resquicio que nos decía «algún día lo atrapará».

Un canto a la consecución de los sueños inalcanzables, lo que nos mantiene vivos y despiertos. La felicidad no consiste en tener lo que queremos sino en el proceso de conseguir llegar hasta ella.

«Zoom and Bored» 

El Coyote atrapa al Correcaminos 

Frente a las escaleras

Son casi las 17 de la tarde. Hace ya 9 años a esta misma hora me quedé plantado frente a unas escaleras mientras mis padres desaparecían en el coche cuesta abajo camino de mi ciudad. Hace 9 años sentí algo que nunca más he sentido, la sensación de encontrarme solo, desamparado, frente a una vida de la que a partir de ese momento debería llevar yo las riendas sin que nadie me sujetase. Quizá lo más parecido a esa sensación sea la de montar en bicicleta sin ruedas de apoyo, siguiendo un camino, caer y levantarse, y así una y otra vez.

Aquellas escaleras pertenecían a la Residencia Universitaria de Bartolomé Cossío en Cuenca. Me quedé unos minutos pensando en esa especie de soledad y con un pequeño ahogo, pero justo también en ese momento descubrí una parte muy importante de mí, el valor.

Esta mañana, según iba a las 6 de la mañana al trabajo (sí, también a uno le toca trabajar en festivos), recordé cuando hace 9 años íbamos de camino a Cuenca y también el día anterior, domingo, recogía las maletas dispuesto a emprender una nueva vida que me cambiaría para siempre. No puedo hoy dejar de recordarme frente a la ventana de la terraza aquella tarde mientras el sol se ocultaba y en la cadena de música sonaba «despídete» de Ella Baila Sola mientras mi perro me rondaba al lado.

Ella Baila Sola «Despídete» 

Recuerdo a un chaval frente a unas escaleras sin futuro, nunca sé por lo que pasaron los que me dejaron atrás en el coche. Y sólo quiero agradecer al destino que me colocase allí, porque el futuro que se escondía tras ellas fue maravilloso.

«Un mundo sin fin», Los Pilares de la Tierra II de Ken Follett

un mundo sin fin de ken follett

Es como una sorpresa, como un golpe de suerte mientras espero impaciente el séptimo libro de Harry Potter y su desenlace final, ese que deseo leer pero que a la vez no quiero que llegue.

-> Enlace a la entrada: «Un Mundo sin Fin» de Ken Follett al descubierto

Mientras ojeaba la última revista de Circulo de Lectores a la búsqueda del pedido del bimestre, de pronto el comercial que llama para el pedido me anuncia que si deseo reservar la segunda parte de Los Pilares de la Tierra. Es mi madre quien coge el teléfono y me lo dice así, tal cual. Y yo me quedé blanco, de hecho estuve a punto decoger el teléfono y decirle que si era una broma o qué. Rápidamente entré en internet. Ni por asomo se me habia ocurrido jamás buscar si había una segunda parte de la tremenda novela de Ken Follett, de ahí mi asombro.

Saldrá traducida en castellano en Diciembre, dos meses después tan solo de su aparición en inglés (cosa que me hace preguntarme por qué otras como Harry Potter más cortas en número de páginas tardan 7 meses y la respuesta parece clara: porque no le ponen empeño). Me volveré a encontrar con esa historia que tanto me atrajo, esa forma de contar las vidas de unos personajes unidos por el destino en diferentes generaciones y relaciones. Amena porque todo es cambiante y porque todo en sus páginas destila el sabor de una saga inacabable como demuestra la aparición de esta nueva entrega. Sus páginas van pasando por las manos como pipas en una divertida tarde y al final cuando te quieres dar cuenta te has empapado en la historia de las vidas de los personajes sin quererlo como si ya formasen parte de la tuya propia.

El primer Cumpleblog

«El Rincón Perdido», así titulé el blog sitiado en cedequack.blog.com un 10 de Octubre de 2006 para dar rienda suelta a lo que se me pasase cada día por la cabeza. Hoy ha pasado ya un año y muchos han sido los cambios. Aquellos días no sabía que iba a perder a alguien tan importante para mí como ocurrió a los pocos meses.

El blog en wordpress.com está hecho desde el mismo día que en blog.com, pero la menor velocidad en internet que me impedía realizar ciertas acciones en la bitácora me hicieron decantarme por el segundo, a pesar de tener un aspecto distinto y que me gustaba menos, aun así fue como una pequeña «casa» el tiempo que duró.

Poco después y con los cambios producidos, pensé que mi blog debía estar dedicado a esas pequeñas cosas que nos hacen reir o llorar o simplemente maravillarnos con su sola presencia. Decidí trasladarme a wordpress para poder llevar a cabo este deseo y a la vez dediqué el nombre del blog a mi mascota, la que me acompañó durante 13 años largos, Yoko.

cumpleaños 1

Este año ha estado lleno de muchas sorpresas y momentos divertidos. El Festival de Eurovisión fue lo más seguido (y de momento imbatible) en el blog, con un pico de 6,399 visitas el día posterior al Festival emitido en TV. Más de 140,000 visitas, casi 300 posts y más de 700 comentarios y 80 etiquetas para contar todo lo que quería expresar. La colaboración con diferentes asociaciones de adopción de animales, la chica de la mancha en el pelo… momentos muy divertidos y reconfortantes.

De pronto los blogs se convirtieron en una ventana para expresar y lo que en principio nació como el blog en inglés de Yoko’s, de pronto se convirtió en un blog de videojuegos: yokos.wordpress.com tomando el mismo nombre que este pero con el nombre Yoko’s play y con vistas a algo más grande en un futuro que esperemos sea cercano. Y faltaba algo más, mi pasión por las series reflejada junto a mi amigo Nando en el blog al que dimos por llamar: nandicede.wordpress.com con el título Mars & McLeod.

Cada día pasan muchos pensamientos por mi cabeza, muchas cosas por contar y enseñar para compartir con los demás. Yoko’s, el lugar donde sentarse, soñar y jugar, divertirse, reir o llorar, amar, sentir y admirar, Yoko’s the ‘sitz’ place play. Tal y como una mascota juega con su amo, los sentimientos juegan con la persona y todo, indivisiblemente, forma parte de uno mismo. Yoko’s es el corazón donde voy atesorando los mejores recuerdos.

Feliz no cumpleaños «Alicia en el Pais de las Maravillas»

Jugar al pincho

Si hay un juego que recuerdo con gran cariño y pasión frente al teléfono escacharrado, válido para todas las edades y lo digo porque hasta bien poco he jugado a él e incluso por encima del emocionante escondite inglés (otro de mis preferidos), no el de sin mover las manos y los pies, sino el de esconderse esconderse, ese es sin duda el juego del pincho.

El juego del pincho tiene unas reglas que giran en torno a un castro dibujado en el suelo y que ya no recuerdo, así que pido ayuda a los que leen para ayudarme a recordarlas, prefiero escucharlas en boca de alguien al que le apasionase que buscarlas por internet, que seguro están, pero no es ni de lejos tan emocionante y de seguro cada uno aplica sus propias reglas.

Este juego era especial ya no solo por la emoción de clavar el pincho en el suelo, sino porque sólo se podía jugar cuando había llovido y el suelo se había convertido en barro. Afortunadamente y no como hoy día, había grandes espacios de arena dispuestos a convertirse por una tarde en el escenario de juego. La lluvia no era tan solo lluvia y miradas tras los cristales. La lluvia se convertía de niño en una respiración intensa tras las ventanas esperando que acabase para sacar de su encierro ese objeto metálico preciado, llamar a los primos a sus casas y salir todos juntos a jugar con abrigos y botas. El juego duraba esa tarde y cuando acababa ya esperabamos impacientes la llegada de un nuevo día de lluvia.

lluvia

Mientras disfrutábamos, nuestros padres nos advertían del peligro de ese objeto, pero para nosotros no existía. El arte de clavar el pincho en el barro era simplemente eso, un arte, y el que mejor y más certeramente conseguía clavarlo consecutivamente ganaba.

Hoy no hay ni barro ni arena y lo poco que hay lo quitan para empedrarlo, la gente se ha vuelto exquisita y no quiere charcos a su paso por las calles. Los niños ya no pueden jugar en calles y parques seguros, sólo pueden hacer tiempo jugando a la consola o en casa con muñecos y coches y como mucho asistir a entrenamentos de sus deportes en lugares específicos. Todo es cemento.

Miro por mi ventana hoy 9 de Octubre y veo, una avenida por la que no dejan de pasar coches, un ruido ensordecedor a veces, un edificio donde antes estaba el pequeño «establo» de mi bicicleta, y otro donde algún día entre gritos, risas y el corazón acelerado por llegar corriendo para no dejar pasar ni un segundo de diversión mientras durase, unos niños disfrutaron.

Daniel Hardin «Long as I can see the light»

«Pon una vela en la ventana, porque creo que me iré de aqui. Volveré a casa pronto, antes de que se apague su luz. Prepara mis maletas porque me espera un largo viaje. No debes preocuparte por adónde voy, porque desde allí veo la luz.»

Con cariño para Yoko

Dan Hardin «Long as I can see the light»

LETRA

Put a candle in the window, cause I feel Ive got to move.
Though Im going, going, Ill be coming home soon,
long as I can see the light.

Pack my bag and lets get movin, cause Im bound to drift a while.
When Im gone, gone, you dont have to worry long,
long as I can see the light.

 

Guess Ive got that old travlin bone, cause this feelin wont leave me alone.
But I wont, wont be losin my way, no, no
long as I can see the light.

 

Yeah! yeah! yeah! oh, yeah!

 

Put a candle in the window, cause I feel Ive got to move.

Though Im going, going, Ill be coming home soon,

Long as I can see the light.

Long as I can see the light.

Long as I can see the light.

Long as I can see the light.

Long as I can see the light.

Andar sobre el agua

Nunca pensé que Octubre se iba a convertir en el mes triste. Hace casi 14 años que Octubre fue el mes de las sorpresas, el mes que trajo a casa una felicidad desconocida y que de tanta felicidad incluso un par de las primeras noches era rechazada por mi. Pronto la felicidad se transformó en mi sombra y mi amigo.

Este chaval que escribe cada día aquí, hace 10 meses ya que ha perdido a su sombra y su amigo y cada noche desea que en sueños brille de nuevo el sol del atardecer para que esa sombra se alargue y le permita distinguir, entre sollozos que nunca nadie escuchará, un rato de felicidad al menos.

Ya sin sombra sigo andando un camino, sobre una superficie que se tambalea, como si de agua se tratase. Y de vez en cuando me sumerjo para recordar que mientras lleve a mi amigo conmigo dentro, nada será difícil.

andar sobre el agua

Moneda espacial QUID

Puede que alguna vez se os haya pasado por la cabeza. A lo largo de la historia, muchas han sido las monedas de intercambio comercial entre las personas, a veces monedas en sí desde la época romana, otras trigo, cereales o bienes personales (e incluso mucho más personales) como moneda de pago.

Cada país ha hecho de su moneda un símbolo, cada continente con sus propias reglas. En los cajeros utilizamos tarjetas, en los avales se utilizan los bienes inmuebles. ¿Y qué pasa cuando salgamos al espacio?

Por primera vez en la historia ya tenemos Moneda Espacial y ya tiene nombre: QUID. Este nombre se corresponde con las siglas de Quasi Universal Intergalactic Denomination (Denominación Intergaláctica Cuasi Universal, con lo cual en castellano lo llamaríamos DICU). Esta moneda ha sido diseñada por la empresa Travelex, por científicos del Centro Espacial Nacional del Reino Unido y por la Universidad de Leicester y está diseñada de tal forma que pueda soportar las extremas condiciones impuestas en el espacio. Las monedas están hechas de polímero y no poseen bordes afilados que puedan dañar al poseedor. Habrá diferentes colores como se aprecia en la fotografía. Quizá ahora lo vemos muy lejano, como en su día el EURO, pero el día en que la utilicemos llegará.

moneda espacial QUID

Gran Hermano 9: Juega el perdedor

Ara nunca fue concursante de Gran Hermano. Así será en el libro grande el programa, puesto que nunca fue concursante de pleno derecho sino que jugó en el último casting a conseguir su plaza y nunca fue expulsada por la audiencia.

Como en todo juego, siempre hay quien sigue las reglas y quien no, pero hay juegos en los que las reglas no existen, donde se puede engañar, ser como no se es, mentir y hasta pisar al competidor. El juego de esta semana de Gran Hermano ha sido un pequeño juicio donde dos personas eran juzgadas y el resto decidía su futuro más inmediato. Mientras que Ara ha jugado con los dados, Lucy, su rival y competidora ha jugado con los dados y con el cubilete, agitándolo hasta conseguir los ojos de serpiente. El público, su público, se ha sentido abrumado por su tirada, incluídas las escenas finales con lágrimas en los ojos. Y como en todo juego o juicio con jurado siempre hay alguien que se da cuenta de los detalles, pero no tiene la fuerza suficiente para convencer a los demás, ese es Rodri.

Las apariencias engañan. Nada más entrar, Lucy y Rodri parecían la pareja ideal, ambos han cruzado el charco, ambos saben bailar salsa, sus tonteos eran continuos…pero una vez más las primeras impresiones fallan. Nunca podríamos pensar que dos personas tan afines y tan «sexuales» podrían distanciarse precisamente por un «vente a mi cama», pero así es la vida.

Ayer los concursantes decidieron. De cara a la audiencia la estancia de Lucy será un tremendo festín (de votos cuando salga nominada a los leones). Han dejado en la casa al enemigo, al jugador que desde el mismo momento en que se quedó, es el perdedor. Han sido abducidos por su falsa amabilidad, por su falsa seducción. Se nota en sus gestos, en sus miradas, que no es legal, que anda buscando sólo fama y dinero, nada reprochable, pero se exige algo más por mi parte para permanecer allí y merecerlo y ella no lo tiene. Ayer ya demostró su amabilidad y cariño hacia esos compañeros que la salvaron, salvándose a sí misma de las nominaciones. Al menos nos queda el espectáculo, que lo dará y grande. Han visto salir por la puerta a la ganadora del duelo dorado, Ara.

Por fin Gran Hermano pudo huir, cosa de la que no pudo y por menos en GH2, de todos aquellos inquisidores, pitonisas y demás fauna que pedían la cabeza de Oliver, al que de forma casi demente querian poner de maltratador por tocar a una mujer en el hombro. Bien por la organización y bien por Mercedes Milá, manteniendo la calma y viendo las cosas como son, no como podrían haber sido o no como algunos pretendían. Cada uno en su casa y el gato en la de todos.

Gran Hermano 9: Matrix de Mel

Obviando la polémica de Oliver y Karen, de la que me niego a poner imagenes puesto que puede dar diversas interpretaciones y ninguna correcta, que decida el programa y la audiencia en general.

No puedo evitar poner este video correspondiente al resumen del dia de ayer 3 de Octubre. Es necesario verlo desde el principio para ver la rallada de cabeza de dos personas, una intentando decir «quiero liarme contigo» y la otra «no quiero», me refiero a Rodrigo y Melania, vamos, Ro y Mel para los amigos.

♪♪ Ricardo Arjona «Acompáñame a estar solo» 

El que haya vivido esta situación la verá reflejada también aqui, al menos a mi me ha recordado situaciones personales. Mel no quiere quedarse a solas con Ro, puesto que sabe que de un momento a otro le dirá lo que ella no quiere oir. La prueba del coche, muy bien ideada para conferir secretos y verdades (aparte de despertar furias y adversidades), nos regala un momento ya para mí inolvidable. Solos Ro y Mel, hablando de sus sentimientos con palabras imposibles de comprender literalmente pero que se sabe por dónde van. Ro intenta hacer ver a Mel que está enamorado de ella, cosa que ella escucha atentamente. Y de pronto, ante la atenta mirada de Rodrigo, Mel se agacha y sin venir a cuento (vete a saber lo que vio en el cielo) hace un gesto estilo Matrix que descoloca a nuestro hombre por completo, ajaja, teneis que verlo, pero entero para comprenderlo y llegar a ese momento del minuto 5:50. Cuando lo he visto no he podido evitar reirme sin parar hasta salirseme las lágrimas 😛

Parte 1

Pero al final llega el momento revelación donde ella le dice que no quiere nada (ya veremos). Pongo el resto de la historia para verla completa. Sin lugar a dudas momentos como estos hacen imprescindible una experiencia como Gran Hermano. Rodrigo y Melania se han convertido para mi desde este momento, por su espontaneidad, teniendo claro que estan dentro de un concurso pero conviviendo y sintiendo de forma real, en dos merecedores finalistas y algo más.

No es fácil admitir el ser rechazado y menos en una casa encerrado entre cuatro paredes, de seguro asistiremos a una aventura emocionante a partir de ahora, la del viaje separado de dos corazones que quizá vuelvan a encontrarse.

Parte 2

Parte 3

¡Ay! ya no sé si me gusta el fútbol o qué…

 futbol

Desde pequeño siempre he odiado el fútbol y la verdad no tengo muy claro el por qué, pero tengo una ligera idea que me hace comprenderlo al menos un poquito.

Fuera de juego 1. Siempre me ha gustado ir en contra de lo que piensa la mayoría de la gente, veo en ello un reto, la emoción de comerme el coco para, de forma totalmente natural, rebatir los argumentos que me posicionen del otro lado del campo y llevar la contraria a la lógica. Desde luego no soy siempre así. Si los argumentos del otro lado son tan contundentes que no dejan lugar a duda, no me importa seguir la corriente, en ella me siento agusto. Pero en el mundo del deporte… hay tantos que el fútbol es una mínima parte de lo que se puede elegir y yo siempre fui más de voleyball, no por ser excesivamente alto, sino porque se me daba bien. En el colegio nunca pude convencer a mis compañeros para jugar a este deporte, siempre era fútbol y más fútbol, qué cansino. Pero en el instituto y la Universidad logré que todos jugásemos, a veces hasta a las tantas de madrugada. Llegué a convertirme por un año en el capitán del equipo de la Residencia Universitaria, algo inimaginable para mí, un sueño.

Fuera de juego 2. Cuando de pequeños jugábamos al fútbol yo siempre era el último de la lista. Iba viendo cómo mis compañeros elegían a todos y cada uno de los presentes, algunos bien torpes, y yo me quedaba siempre entre el puesto último y penúltimo, y cuando digo siempre es, con todas las letras, SIEMPRE. Esto me hizo sentir torpe y en ocasiones me replanteé quedarme sentado en el recreo sin jugar, de hecho eso era lo que hacía la mayor parte del tiempo. ¿Para qué jugar si mis compañeros no confiaban en mi y yo tampoco? Las cosas se hacen mejor cuando todos disfrutan y no hay diferencias o al menos sana competitividad sin altruismos. Esto me hizo odiar el deporte del fútbol y más si cuando jugábamos en contadas ocasiones al voleyball ahí todos me aplaudían y era yo el que elegía, tuve la ocasión de vengarme de los que no me escogían, pero no lo hice.

Fuera de juego 3. El fútbol de sofá. Odio cuando la gente gratuítamente (aunque ya son frases acomodadas que se dicen) expresa que le encanta el fútbol. Pero les gusta no practicarlo, sino verlo bien tumbaditos en el sillón a traves del televisor, buen deporte, sí señor 😛 Cuando sólo teníamos una tele y había fútbol no se podía ver nada más y tocaba aguantarse y reprimirse las ganas de ver lo que estabas deseando y que echaban en ese momento… pero imposible, toooodo el mundo estaba viendo el fútbol y la minoría era el resto. Esto me hizo empezar a odiarlo también, ¿por qué la decisión de ver el fútbol estaba por encima de la mía de querer ver otra cosa y no a partes iguales?

Fuera de juego 4. Soy nulo coordinando las piernas y el balón a la vez. La vergüenza que he pasado en algunas pruebas físicas llevando un balón en zig zag a través de unos pivotes en el suelo no se la deseo a nadie, un pato total, no así con el resto del cuerpo y los brazos, donde destacaba por encima de la media.

Y ahora yo, fiel «antifúrbol» entonces, ¿qué narices hago disfrutando como un enano con el FIFA 08 para la Play3 que me acabo de comprar, jugando con gente de todo el mundo a través de online, sabiendo lo que son fueras de juego, penalties, corners, regates, fintas y demás parafernalias? No me gusta jugar al fútbol, no me gusta ver los partidos de fútbol en la televisión y sin embargo me trago los partidos de la selección española con interés y a veces me encuentro hasta gritando al árbitro y al equipo contrario.

Entiendo por qué no me gusta el fútbol, pero no entiendo cómo me gusta, ¡ay! ya no sé si me gusta el fútbol…