Cruce de caminos

cruce de caminos

Todos los días hago frente a un cruce de caminos, un juego peligroso en cierto sentido, pero necesario para llegar al destino, un pequeño puzle diario en el que las piezas que juegan son peatones y coches y cuya dificultad se acrecenta en las mañanas en hora punta cuando los niños van al colegio.

Peatones que cruzan desde ambas aceras, coches que van de frente en uno y otro sentido, cuatro giros posibles. En definitiva, un puzle como esos en los que una pieza está atrapada y hay que conseguir sacarla hacia un lado moviendo todas las demás, solo que aquí todas, excepto la pieza que debe salir, están en constante movimiento.

Hace poco vi un documental en National Geographic en que se explicaba que nuestra vista posee un pequeño rango en grados en que podemos ver de forma nítida. Nos perdemos más del 90% de las cosas que suceden a nuestro alrededor. Así es, la mayor parte de lo que vemos es mediante visión periférica y la mayoría de veces nuestras acciones están basadas en lo que apreciamos mediante formas y en experiencias anteriores. Si una figura a la que no enfocamos con la vista se está moviendo en un sentido, nuestro cerebro determina la dirección en la que irá. Pequeños detalles como un intermitente en un coche nos hacen determinar que se producirá la acción que debe suceder a continuación, en este caso que gire hacia ese sentido.

Cuando uno se coloca en un cruce para intentar pasar, se pone en marcha un maravilloso entramado de mecanismos en el que la atención a las señales y nuestra visión periférica no pueden fallar y que está basado en el comportamiento que esperamos de un objeto inanimado que nos es familiar porque estamos acostumbrados a él desde que somos pequeños.

La próxima vez que te situes frente a un cruce, piensa en la cantidad de elementos que el cerebro tiene en cuenta antes de pasar. Luces intermitentes, los gestos de los conductores, la velocidad a la que va cada coche… y lo mejor es que siempre, absolutamente siempre hay un lado por el que cruzar de forma más segura que por el resto, siempre a la derecha, por si quieres ponrte las cosas más fáciles.