La vimos en dos fotografías, es hora de ver más fotografías y en movimiento a través de estos videos. Actualmente se encuentran en peligro por falta de humedad.
Los cristales más grandes del mundo, enterrados en una cueva en el interior de una mina de plomo en el norte de México, corren el riesgo de desaparecer por la falta de humedad en el lugar .
Clavada en la falda de una montaña, situada 120 kilómetros al sureste de la ciudad de Chihuahua, se encuentra Naica, un infierno con más de 850 metros de profundidad, la principal mina de concentrados de plomo de México y la cuarta más importante del mundo en este mineral.
El acceso a la mina se hace a través de una boca oscura y en pendiente que se recorre en camionetas por una red de caminos subterráneos sin alumbrado eléctrico.
A medida que se avanza la humedad relativa aumenta hasta alcanzar niveles de 95 por ciento, pero en algunos lugares alcanza el 100 por cien.
Lo mismo sucede con la temperatura que en los sitios que no tienen ventilación directa llega a los 40 grados de media, si bien se tienen registros de hasta 59 grados, no aptos para la vida humana.
Los hombres que soportan estas condiciones inclementes trabajan en turnos de ocho horas, pero hacen pausas para descansar en cabinas con aire fresco para que evitar los desmayos y consumen electrolitos que mezclan con el agua para que su organismo recupere las sales y los minerales que pierden por la sudoración.
La presencia de agua subterránea caliente en la mina permitió que durante millones de años se fuera gestando en esta explotación mexicana una de las mayores maravillas en la historia de la geología.
Esos cristales de al menos un millón de años y que recuerdan el aspecto del refugio cinematográfico de “Superman” se encuentran petrificados en medio del silencio y la oscuridad, en un espacio que otrora estuvo cubierto por agua caliente y que ahora es mortalmente peligroso.
Las formaciones tienen apariencia de hielo pero la temperatura en el lugar ronda los 50 grados y la humedad es del cien por ciento, lo que impide que una persona permanezca allí más de 10 minutos sin arriesgarse a sufrir un colapso o un shock térmico.
La particularidad de la “Cueva de los Cristales” es que nunca antes se había tenido noticias de una cristalización de selenita de las características de las de ese lugar.
El director de Exploración minera en Naica, Roberto Villasuso, advierte de que los cristales tienen muy poca dureza por haber estado miles de años sumergidos en agua a altas temperaturas, por lo que el simple paso de una uña les puede rayar y quebrar.